

Miní, una hembra nacida en el Parque Nacional Iberá, fue trasladada y liberada en el Parque Nacional El Impenetrable. Su llegada busca fortalecer la población de jaguares en el Gran Chaco, donde la especie está en peligro crítico de extinción.
La conservación del jaguar en el Gran Chaco dio un paso histórico con la liberación de Miní, la primera hembra salvaje trasladada a esta región para fomentar la reproducción y supervivencia de la especie. Este felino, nacido en el Parque Nacional Iberá, fue liberado en el Parque Nacional El Impenetrable por la organización Rewilding Argentina, en un ecosistema de 128.000 hectáreas que alberga una gran biodiversidad.

El jaguar se encuentra en peligro crítico en Argentina, habiendo perdido el 95% de su hábitat original. En el Gran Chaco, se había registrado la presencia de solo 10 machos, lo que hacía necesaria la introducción de hembras para garantizar su reproducción. En 2024 ya se habían liberado dos hembras en la zona: una nacida en cautiverio y otra rescatada en Paraguay. Miní se suma ahora a este grupo, brindando nuevas oportunidades para la especie.
El proceso de traslado fue minucioso: Miní fue recapturada, anestesiada, sometida a controles veterinarios y transportada en avión y camioneta hasta su nuevo hogar. Una vez allí, pasó por una etapa de adaptación en un corral de varias hectáreas, donde debió cazar presas vivas para asegurar su supervivencia en la naturaleza.
La presencia de jaguares en el ecosistema es fundamental. Al ser el mayor depredador del continente, regula las poblaciones de otras especies y contribuye al equilibrio ecológico. Además, al necesitar grandes extensiones de territorio, su protección garantiza la conservación de numerosos animales y plantas que comparten su hábitat.

El esfuerzo por recuperar la población de jaguares en el Gran Chaco comenzó en 2018, cuando se hallaron rastros de un macho en la zona, bautizado como Qaramta. Desde entonces, se han realizado diversas iniciativas para introducir hembras y fomentar la reproducción.
Miní ahora comparte su territorio con otras especies amenazadas, como el tatú carreta, el oso hormiguero y el tapir. Su liberación simboliza un avance en la lucha contra la extinción y destaca la importancia de ampliar las áreas protegidas para garantizar el futuro de la fauna del Chaco.