Federico, taxista de la ciudad de Rosario con años de experiencia, nunca imaginó que su último viaje del fin de semana sería tan inusual y emotivo. El pasado domingo, al tomar un viaje en Gaboto y Matienzo, un joven matrimonio le pidió que los llevara a la Maternidad Martin. La mujer, en trabajo de parto, estaba ya en un estado avanzado, y pronto la situación se tornó urgente.
Según el relato de Federico a El Tres, durante el trayecto hacia la maternidad, la mujer empezó a temer que no llegaría a tiempo. "Cuando llegamos a las inmediaciones de Moreno y San Luis, me dijo: ‘No llego, no llego’”, relató. En ese momento, el taxista le pidió que se tranquilizara y respirara profundamente.
Al acercarse a la maternidad, la situación se complicó aún más. “Cuando llegamos a la Maternidad Martin, ella dijo nuevamente: ‘No llego. Está empujando’”, relató Federico. Al darse cuenta de que no llegarían a tiempo, reaccionó rápidamente. “Corrí los asientos del taxi hacia adelante, apagué la radio, el auto, todo, para que ella estuviera tranquila”, recordó.
En cuestión de minutos, la cabeza del bebé ya estaba casi fuera, y el padre, con nervios pero sin perder la calma, asistió el parto. “Cuando el muchacho le bajó la calza, la cabeza ya estaba afuera”, añadió Federico, quien no ocultó la emoción del momento.
El momento más conmovedor llegó cuando, al escuchar el llanto de la bebé, el taxista no pudo evitar sentirse emocionado. “Se me puso la piel de gallina”, confesó. Después de dejar a la madre y su hija en la maternidad, Federico no dudó en regresar al lugar donde los había recogido para preguntar por el nombre de la bebé. La niña fue llamada Alai.