En un comunicado oficial, el mandatario colombiano fue enfático: "Los Estados Unidos no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos". Petro dejó claro que el espacio aéreo colombiano no será utilizado para vuelos militares que transporten deportados, al menos hasta que se establezcan protocolos adecuados. Exigió que cualquier retorno de connacionales se realice en aviones civiles y bajo condiciones dignas que no criminalicen a los migrantes.
El presidente subrayó que su gobierno no permitirá acciones que vulneren los derechos de los colombianos. En este sentido, aseguró: "Un migrante no es un delincuente. Colombia se respeta". Asimismo, hizo un llamado al gobierno estadounidense para entablar un diálogo bilateral que permita abordar la crisis migratoria de manera conjunta, evitando tratos deshumanizantes hacia los deportados.
Donald Trump, en su segundo mandato como presidente, ha endurecido las políticas migratorias, priorizando la deportación de personas en situación irregular. Desde su regreso a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, las tensiones con Colombia han aumentado, particularmente ante esta medida que Petro considera incompatible con el respeto mutuo entre ambas naciones.
La desautorización de vuelos por parte de Colombia también representa un desafío en la relación bilateral, pues Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales del país y la mayor fuente de remesas. Sin embargo, Petro insiste en que estas decisiones buscan garantizar la soberanía y la dignidad nacional. "Estados Unidos debe establecer un protocolo de tratamiento digno antes de que aceptemos el retorno de nuestros connacionales", concluyó el presidente.
Este conflicto, que refleja las profundas diferencias entre ambas administraciones, podría tener implicaciones tanto en lo político como en lo económico, mientras ambos países buscan resolver las tensiones sobre el manejo migratorio.