Como consecuencia de la falta de lluvias y la ola de calor, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires recortó su estimación de producción de soja y maíz para la campaña 2024-25.
Con respecto a la oleaginosa, según la entidad, se alcanzarían 49,6 millones de toneladas, un millón menos que en su última estimación.
En tanto, el maíz produciría a nivel nacional llegaría a 49 millones de toneladas, un millón menos que lo estimado previamente.
Producción de soja
Si bien en los últimos días se han registrado precipitaciones, principalmente sobre Córdoba, sur de Santa Fe y Entre Ríos, en el norte de Buenos Aires fueron heterogéneas tanto en su intensidad como en su distribución.
La condición de cultivo Normal/Buena disminuyó en 7 por ciento al igual que la condición hídrica Adecuada/Óptima, que cayó 5 por ciento, a pesar de las últimas lluvias.
La falta continua de humedad y las altas temperaturas, principalmente sobre el Núcleo Sur y Centro-Este de Entre Ríos, ha impactado sobre rendimiento potencial de soja de primera.
A su vez, dichas condiciones también han afectado a la soja de segunda, sobre el Núcleo Sur y el Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires, resultando en una reducción del stand de plantas.
Bajo este contexto, se realizó un ajuste en la producción, que se redujo en un millón de toneladas, alcanzando las 49,6 millones
Producción de maíz a nivel nacional
En lo que respecta a maíz con destino grano, la siembra cubre el 98,3 % del total nacional, luego de un progreso intersemanal de 3,2 puntos porcentuales.
La falta de lluvias y las altas temperaturas registradas durante las últimas semanas de diciembre y los que va del mes de enero han impactado inicialmente en la condición hídrica del suelo y, en consecuencia, en la condición del cultivo de maíz, limitando el potencial de rendimiento.
Las zonas más afectadas han sido las del centro-este agrícola, con un foco crítico en los partidos que integran la zona núcleo sur y el oeste bonaerense.
Si bien los maíces tempranos sembrados en septiembre lograron escapar a la etapa más seca, los cultivos implantados en octubre y principios de noviembre han sido los más perjudicados, ya que atravesaron su período crítico en plena sequía.
Por otro lado, los planteos sembrados en diciembre y enero transitan su período vegetativo con menor demanda hídrica, presentando síntomas de estrés hídrico como acartuchamiento de las hojas, aunque podrían recuperarse si las lluvias regresan a la región.
En este contexto, la proyección de producción se reduce a 49 millones de toneladas lo que significa un millón por debajo de la proyección anterior.