

REDACCIÓN ELONCE
La remada en defensa del río Paraná, que comenzó el pasado 2 de marzo en la ciudad de Clorinda, es una travesía marcada por la emoción, el compromiso y la solidaridad de los pueblos que se unieron en defensa de este recurso esencial. Francisco Paredes y Marta Arriola, referentes de la campaña, anticiparon las últimas jornadas del evento, que culminará este sábado 22 en Rosario. En el programa GPS, los integrantes dieron detalles sobre el impacto de esta acción y la respuesta de las localidades que recibieron a los remadores con los brazos abiertos.
"En este momento estamos en el camping Isla Margarita, en un lugar hermoso, que nos recibe amablemente y colabora con la remada, en un lugar en medio de la ciudad", comentó Arriola desde el camping. "Llegamos temprano, las carpas ya están armadas. Hay también algunos bungalows. La verdad es que es un lugar muy apropiado para nosotros para hacer reposo antes de seguir el camino hacia San Lorenzo, que es nuestro próximo destino".
Un pueblo que se levanta por la vida del río
El camino de la remada ha sido testigo de momentos profundamente emotivos. En particular, Arriola compartió el recibimiento en Paraná, un lugar simbólico que inspira la lucha por el Paraná, evocando la histórica remada de hace 28 años. "Esas imágenes, al verlas, nada más nos provoca una conmoción porque fue un recibimiento extraordinario. Nosotros teníamos ganas de llegar a Paraná porque es el lugar desde el cual se inspira toda esta remada", dijo. "El pueblo de Paraná presente, los abrazos, la emoción, el sentir que estamos juntos que no estamos solos, que somos un pueblo que se pone de pie, que vuelve a enarbolar y a desplegar la bandera".

A pesar de las dificultades del recorrido, Arriola destacó que cada etapa ha sido una oportunidad para conocer más sobre las preocupaciones de las comunidades locales. "El pueblo no sabe de qué se trata y cuando nos enteramos decimos no a la licitación, decimos sí a la vida, sí al agua, sí a la soberanía", aseguró.
Las infancias, guardianes del río
Un aspecto que marcó la travesía es el rol que juegan los más jóvenes en la campaña. "Los niños y las niñas vienen con un saber natural. Entonces cuando entienden que ese río está en peligro, lo celebran acompañarnos", expresó Arriola.
Según la referente, los pequeños son rápidos en comprender la gravedad de la situación y suman su energía a la causa.
"Eso es algo que ha pasado en este camino, en estos primeros 19 días, que quienes no sabían adhieren inmediatamente porque entienden la gravedad del problema", explicó.

Reuniones con políticos para impulsar la causa
A lo largo de la remada, los organizadores han mantenido contacto con figuras políticas que apoyan la causa. "Ya una invitación del senador José Mayans, con quien nos encontramos en Clorinda, nos invitó después de la remada para mantener una reunión con los senadores que están en las comisiones que se ocupan de los temas ambientales", reveló Paredes. Además, la diputada provincial Laura Stratta y la exintendenta Blanca Osuna se sumaron a la iniciativa, manifestando su apoyo a la remada con declaraciones públicas de interés.
"Lo importante es seguir adelante, seguir trabajando juntos. El apoyo de los políticos es crucial para dar visibilidad a la lucha por la defensa del río", dijo Paredes.
El final del camino: un acto de celebración y esperanza
Los últimos días de la remada estarán marcados por un recorrido hasta Rosario, donde los remadores culminarán su travesía. "Ahora antes de Rosario está San Lorenzo. Vamos a llegar mañana por la tarde porque nos queda un recorrido largo hasta San Lorenzo", detalló Arriola. "Son 50 km más o menos, siempre por humedales hasta llegar a San Lorenzo. Allí vamos a estar dos noches", añadió. Tras este recorrido, el evento culminará con un acto público en Rosario, donde se celebrará la unión de la comunidad en defensa del Paraná. "Es saber que podemos, que lo estamos realizando porque nos merecemos un río sano, que siga alimentándonos y eso es desde la alegría", concluyó Arriola.

La remada en defensa del río Paraná no solo ha sido una travesía física, sino un viaje emocional, cargado de esperanza y de un llamado urgente a cuidar y defender el agua, la vida y la soberanía del pueblo.