El fuego no cesa del lado de Santa Fe y en horas de la noche del jueves se conoció que el incendio sigue intacto en la zona de islas.
Elonce pudo observar desde la Costanera media del Parque Urquiza con sus cámaras como a lo lejos se podía ver un punto fijo en el que las llamas continuaban vivas.
Pese a las tareas de enfriamiento que han realizado Bomberos Voluntarios para tratar de apagar las llamas, los vientos que llegaron desde el sector norte no hicieron más que reavivar el fuego y, por consecuente, seguir quemándose árboles y muriendo animales que están en la zona.
La opinión de un ambientalista
Luis Romero es un baqueano que hizo referencia a Elonce sobre lo que sucede actualmente con la presencia de cenizas y el incendio: “Hace muchísimos años que se viene quemando. Los últimos años hemos visto un incremento intensivo de las quemas donde se hace un frente de varios kilómetros. Es muchísimo y eso se hace con personas que van en una línea aprovechando el viento para que el avance de la quema sea lo más rápido posible”.
Sobre los posibles propósitos, “Cosita” Romero argumentó: “Sería la producción y el engorde de ganadería en zona de islas por verse favorecido por la riqueza que tiene el terreno, el acceso fácil al agua y la alimentación que tienen ahí. Quemar las islas es quemar una gran cantidad de biodiversidad vegetal. Cuando desaparece eso, en el rebrote viene la pastura tierna, la cual aprovechan los productores de ganadería en zona de islas. Toda esta región se ha visto cambiada, todo el corredor del río Paraná, río Paraguay se ha tratado de la misma manera. Se queman los humedales para traer el ganado de tierra alta, que al no ver agua en los arroyos y tajamares, trasladan a zona de islas para conseguir mejor aprovechamiento de la producción vegetal en el lugar”.
Asimismo, hizo hincapié en las graves consecuencias: “Lo que sucede al quemar toda esa materia vegetal que la isla produce, es una materia vegetal de un colchón de aproximadamente 40 centímetros de espesor. Venimos de siete años de sequía en la región. Al quemarse, desaparece el alimento para los peces. Toda esa producción orgánica (troncos y hojas) es alimento para los peces. El sábalo sostiene toda la cadena atrófica del río Paraná porque todos se alimentan de él. De esta manera, quemando la isla van empobreciendo a la gente que depende de este trabajo de la pesquería porque el daño es muy fuerte. Lamento que los gobiernos no se hagan cargo y tampoco encuentren responsables. Durante la pandemia, donde nadie podía salir a las calles, también sucedió exactamente lo mismo. Es una injusticia”.
“En las islas se quema con una libertad que da vergüenza. Me causa vergüenza ajena que estemos quemando uno de los lugares del planeta más ricos. Es uno de los lugares más privilegiados del planeta. Este río viaja por la mitad de Sudamérica trayendo nutrientes”, destacó.
En su opinión, este tipo de actos que perjudican la naturaleza “deberían darle una categoría de criminal porque al quemar están quemando toda una reserva ecológica que tiene que ver con anfibios, con ranas y sapos que son controladores de pestes. En los próximos días van a aparecer gran cantidad de jejenes, que va a ser imposible estar al aire libro. También habrá aumento de enfermedades, como el dengue y otros transmisores que son los mosquitos que generan problemas para su control”.