Es prácticamente apenas un formalismo decir que el entrerriano Tomás Chancalay todavía es jugador de Colón. Sin embargo, quien lo enuncie no estará faltando a la verdad. En la Final de esta tarde, el goleador de Racing será alguien que se formó, es hincha y todavía tiene sus derechos en el Sabalero. El volante ofensivo nacido en Viale, llegó a principios de año a Avellaneda, a préstamo con un cargo de 100.000 dólares y dos opciones de compra. Es un hecho que la dirigencia adquirirá su pase. Tiene tiempo hasta fin de año pero la decisión ya está tomada.
Las alternativas son comprar la mitad de la ficha en 1.250.000 dólares o el 100% en 2.500.000. Por su rendimiento, el precio terminará siendo más que económico. En sus primeros 21 partidos en un club grande hizo diez goles, destacándose tanto en la Copa de la Liga como en la Libertadores.
Para Pizzi, el vialenmse se convirtió en un jugador intocable. Dicen los que están muy cerca del cuerpo técnico que Juan Antonio se enamoró de sus cualidades en el empate 0 a 0 contra River. En El Monumental, Chanca mostró un sacrificio y disciplina táctica envidiables para terminar jugando casi de lateral derecho. Ahí se ganó el respeto de su entrenador, quien lo considera titular en cualquier posición que ocupe. Gracias a su polifuncionalidad, Tomás es un tercer delantero capaz de jugar de volante y hasta de sumarse a la tarea defensiva. Tiene libertad para moverse cerca del área rival cuando la Academia maneja la pelota y mostró otras dos virtudes técnicas: una gran pegada de media distancia y mucha lucidez a la hora de definir. Por eso es el goleador del ciclo y una de las máximas esperanzas para la Final que se le viene a Racing, aunque esto signifique amargar a su ex club.