Una odisea con final feliz, un partido que se recordará por años. Atlético Tucumánlogró la hazaña, porque fue eso después de todo. Llegó tarde a esta ciudad por problemas con la salida del vuelo desde Guayaquil y terminó ganando para seguir con la ilusión de entrar a la fase de grupos de la Copa Libertadores . "Que nos paren el avión ahora", gritó Pablo Lavallén , el técnico del Decano apenas dejó el césped del estadio Atahualpa en la boca del túnel.
Lavallén contó todo lo que vivieron durante esas horas en las que todo era incertidumbre y parecía que Atlético se quedaba eliminado sin jugar. "Vivimos muy mal todo lo que nos pasó. Nadie nos dijo qué pasaba. A las 3 de la tarde estábamos arriba del avión donde estuvimos una hora y media, el piloto tuvo que abrir las puertas para que circulara el aire y después nos hicieron bajar a la pista en donde estuvimos otra hora", detalló sobre lo ocurrido en el aeropuerto de Guayaquil.
"La empresa tenía los permisos, sino el avión no hubiera salido desde Ezeiza. Algo extraño pasó, pero bueno, estuvimos al borde de no jugar y encima no nos despacharon las camisetas y los botines", siguió en su explicación.
El técnico relató que los jugadores se cambiaron en el micro que unió el trayecto entre el aeropuerto de Quito y el estadio. La selección Sub 20, que está en esta ciudad disputando el Sudamericano, les prestó camisetas y botines. Los números de las casacas eran las de los jugadores de Atlético, pero los nombres estampados eran las de los jugadores del conjunto nacional.
Lavallén había dado la charla técnica después del almuerzo en Guayaquil y, antes de empezar esta odisea rumbo a Quito. "Me reuní con los jugadores y les dije que empezábamos en desventaja. No tomamos nada para los efectos de la altura ni cuidamos esos detalles. Lo emocional muchas veces juega más que lo físico. Estos muchachos dieron una muestra de coraje contra todo y contra todos", se emocionó el entrenador.
El DT contó cómo fueron los minutos previos a salir a la cancha, después de llegar a las apuradas: "Los jugadores hicieron 7 minutos de entrada en calor. Ahí me preguntaron alguna indicación y les dije 'ya está muchachos'. Fue como en el barrio cuando se te atrasa el micro".