Ya pasaron 25 años de aquel soleado 8 de septiembre de 1990 en Nueva York, en el que Gabriela Sabatini derrotó a la alemana Steffi Graf por 6-2 y 7-6 (7-4) para ganar por primera y única vez el Abierto de los Estados Unidos de tenis.
Gaby y Steffi fueron las jugadores que llegaron al circuito para suceder a las dos grandes de la década del '70 y '80, las estadounidenses Chris Evert y Martina Navratilova.
Para 1990, Graf ya había sumado títulos de todos los colores, e incluso había conquistado los cuatro torneos de Grand Slam. Por su parte, la argentina ganaba campeonatos pero casi siempre chocaba contra la alemana en la definición de los torneos más importantes. De hecho, antes de ése 8 de septiembre la germana la había derrotado en 18 de sus 21 enfrentamientos. Pero aquel día fue diferente.
Sabatini venía de superar en las semifinales a una de las tenistas que más la complicaba en el circuito -la estadounidense Mary Joe Fernández- por 7-5, 5-7 y 6-3, y ése triunfo le había templado el alma en una temporada en la que había cambiado de entrenador (el brasileño Carlos Kirmayr reemplazó al español Ángel Giménez) en busca de un salto de calidad.
Graf era la número uno del mundo pero arrastraba algunos problemas fuera de la cancha, relacionados con su padre (y manager) Peter, pero dentro del court arrasó en las semifinales a otra de las protagonistas de la época, la española Arantxa Sánchez por 6-1 y 6-2.
Pero el día de la final, la argentina jugó perfecto, con una actitud ofensiva desde el primer punto que sorprendió a la teutona. Gaby se llevó el primer parcial por 6-2 y entonces el segundo se hizo muy peleado, pero la argentina lo pudo cerrar en el tie break por 7-4 para inscribir su nombre en la historia del Abierto de los Estados Unidos.
Más de 20.000 personas la ovacionaron de pie en Flushing Meadows y millones de argentinos festejaron a la distancia.