La tragedia sacudió la tranquilidad de la siesta en la localidad cordobesa de Arroyito. Un joven de 26 años, que trabaja en una carnicería, asesinó a puñaladas a sus dos abuelos paternos y a un tío. Fue detenido a los pocos minutos cuando intentaba huir. "Es un misterio, estamos en plena investigación. Todo hace presumir que se trató de una discusión familiar", le contó a <i>Clarín</i> la fiscal de San Francisco, Leonor Faillá, a cargo del caso hasta hoy, cuando le pase la causa al fiscal de Arroyito, José Argüello.
"Los peritos en la escena del crimen y los médicos forenses nos brindarán mayor información para poder reconstruir lo que sucedió", agregó la fiscal Faillá.
Ayer, Héctor Giusiano (26) llegó hasta la casa de sus abuelos Antonio Giusiano (86) y Edelweiss Pomba (84), donde también estaba su tío René Giusiano (62), en la calle General Paz al 1500.
Cerca de las 15.30, los vecinos de los Giusiano, en pleno centro de Arroyito, escucharon los pedidos de auxilio de los ancianos. Y supusieron que se trataba de un robo. Cuando fueron a ayudar al matrimonio, vieron que escapaba su nieto Héctor.
Minutos después llegaron los móviles policiales y descubrieron lo peor: la abuela muerta, el abuelo y el tío muy graves. Inmediatamente, René Giusiano fue derivado al hospital local y su padre al Iturraspe de San Francisco, ubicado a 80 kilómetros. Ambos murieron.
La noticia del triple crimen conmocionó a los 25 mil habitantes de esta rica localidad del este cordobés, ubicada a 110 kilómetros de la Capital. Los padres del asesino entraron en estado de shock cuando se enteraron de la tragedia: por un lado, los padres y un hermano del hombre, asesinados; y por otro, su hijo preso por esos crímenes.
"No lo podemos entender, era una familia muy buena, disfrutaban de su jubilación. El chico era trabajador", dijo el intendente Mauricio Cravero.
Fuentes del caso confiaron que "detrás de esto está la droga. No hay que mirar para otro lado y desentenderse de este flagelo. La droga mata, y esto es un ejemplo".
Trascendió que el sábado a la noche, los padres de Héctor Giusiano fueron hasta su casa a visitarlo, pero el muchacho no los atendió y se encerró en medio de una crisis nerviosa. También se supo que no estaba solo.
El cura párroco de Arroyito, Gabriel Camusso, se mostró "consternado" por la tragedia: "Estábamos todos muy contentos con la visita del obispo de San Francisco Sergio Buenanueva, que en una lectura de San Pablo nos invitaba a ser más generosos de lo que nos corresponde. Y acá tenemos que comprometernos más de lo que corresponde, cuidarnos unos a otros, cuidar a nuestro hermano para tratar de transformar esta sociedad que se alimenta diariamente de hechos violentos".
