Wanda Nara se fue a Turquía un día después de confirmar el diagnóstico de su inesperada enfermedad. Si bien le dijo a Ángel de Brito qué es lo que padece, el conductor de LAM optó por guardarse esa información, aunque dio varios detalles sobre su salud.
“Fue una conversación muy larga en la que me contó de todo. Yo le pregunté porque pensaba que se iba a quedar acá a raíz de todo lo que se dijo con respecto a su enfermedad, que Wanda me la confirma. Me confirma la enfermedad que está atravesando, claramente, con nombre y apellido, me la dijo. Pero sigo eligiendo que la diga ella. Lo va a contar Wanda, porque se lo pregunté”, contó De Brito.
Wanda regresará a Buenos Aires porque su hijo Valentino quedó en el país jugando en las inferiores de River Plate y aprovechará la visita para contar qué tiene y cómo lo está enfrentando: “Obviamente, Wanda ahora está focalizada en su tratamiento, en su familia, en que dejó un hijo acá, en que se está instalando con sus otros hijos allá nuevamente y en que todos están en shock. Esa es la palabra que utilizó Wanda”.
“En algún momento se dijo que Wanda se iba a atender en Milán y hubo distintas versiones. También que se iba a atender en Turquía. Wanda tuvo un médico de cabecera 15 años, cuando vivía en Italia, en Milán particularmente. Pero prefiere tratarse con los médicos argentinos. Y está muy conforme por cómo la trataron en la segunda institución a la que fue y es donde se detectó el tema de salud que tiene. Me dijo: ‘Voy a ir y venir varias veces, seguramente, porque Valentino está allá jugando en River’. Y me pone: ‘Las mamás queremos que todos sean felices. Y él, ahí jugando en su equipo, es feliz. A mí me cuesta porque, obviamente, me tengo que separar’. Pero su hijo sigue acá”, continuó Ángel. Y contó que, cuando él le preguntó cómo estaba ella, le respondió: “Bien, en shock, asimilando. Y cuando pueda entender yo, quizá pueda contarlo públicamente”.
Después el conductor leyó mensajes de Wanda que tenía en su celular: “Fue duro porque me enteré por la tele. Nadie me decía, no me confirmaban un diagnóstico. Obviamente, los médicos con cautela no le decían: ‘Tenés tal o cual cosa’. Porque querían ser específicos. De hecho, se hace los primeros estudios que son de sangre y que son los que dan los valores mal, y después va a Fundaleu, a otra institución, que es donde la empiezan a tratar con más rigurosidad. Y es donde empieza su tratamiento y la medicación”.
“Antes de ese resultado, me aclara Wanda, nunca le confirman a nadie. De esa manera trabaja la institución. En un primer momento entraban enfermeras llorando y me abrazaban. Y yo le decía a Mauro: ‘Me voy a morir y no me lo dicen’. Me hice una biopsia que tarda entre quince y veinte días en tener el resultado final. Y ahí se confirma. En mi caso tardó doce días. Pero me enteré por televisión. Y yo se lo decía todo el tiempo a los médicos: ‘Lo dicen en la tele’. En este lugar se hacen cinco estudios y todo indicaba que podía ser una de estas cosas. Pero no se podía confirmar al cien por ciento y, para no equivocar la medicación que te suministran, quieren ser lo más exactos posibles”, dijo Wanda.
“Me dice: ‘En ese momento entré en pánico por no saber qué me estaba pasando. Por los chicos, se te cruza todo por la cabeza. Tenía a todos los nenes llorando mientras todo el mundo hablaba en los medios. Mi familia, destruida. Mauro quería dejar la carrera. Zaira se volvió de sus vacaciones. Mi mamá tirada por el piso. Sentí que se caía todo. Y me hice fuerte para que sientan todos que estaba bien, pero se me desmoronaba todo’”.
“A nosotros nos había llegado que no tenía síntomas, salvo un pequeño dolor, y ella me confirma esto. Me dice que los médicos le dijeron que no entendían cómo no se había desmayado antes con los valores que le dieron los análisis. Ella dice que se sentía re bien. Me dice: ‘Yo me fui a hacer el control normal que me hago siempre’. Como conté yo acá, porque me lo habían dicho ellos, antes de viajar y para sacárselo de encima se hizo los análisis de sangre que se hace todo el mundo. Se ve que estaba muy entretenida y con la adrenalina del trabajo y por eso dejaba los dolores de costado. ‘Las grabaciones de Masterchef fueron duras, estaba muchas horas parada y ni un resfrío’, me dice. ‘Solo a veces tenía un pequeño dolor en la panza, pero pensaba que era por comer a cualquier hora’, detalló Wanda.
(NA)