En septiembre la fórmula de movilidad de las jubilaciones del gobierno anterior incrementaría más los haberes previsionales que el ajuste por inflación. Y previendo este escenario, el DNU 274/2024 mantuvo vigente la fórmula anterior sólo hasta junio y no continuó compitiendo con la del ajuste por inflación.
En el sexto mes del año, el aumento de las jubilaciones sumó un 53,9% por los meses de abril, mayo y junio. Y superó ampliamente la fórmula de movilidad aprobada por el gobierno anterior que arrojó un aumento del 41,48% a partir de junio.
En consecuencia, se mantuvieron los incrementos según la inflación porque resultaron superiores a los basados en mitad salarios y mitad recaudación impositiva que va a la Seguridad Social (fórmula AF), de acuerdo al texto del DNU.
A partir de julio, la fórmula del gobierno de Alberto Fernández dejó de estar vigente. Y la movilidad de las jubilaciones pasó a regirse sólo por la Inflación con un rezago de dos meses.
La comparación
Luego, los haberes jubilatorios aumentaron en julio (4,18%), agosto (4,58%) y septiembre (4,03%), un acumulado del 13,6%.
Si hubiese continuado la fórmula del gobierno anterior el aumento de setiembre debería ser del 33% por el incremento tanto de los salarios como de la recaudación tributaria que va a la Seguridad Social, según los cálculos de los especialistas. El RIPTE, una de las variables de la fórmula anterior, aumentó en los 3 meses de referencia un 32,2%
La Fundación Mediterránea había advertido que esto podía pasar. Aplicar la movilidad por inflación mejora inicialmente los haberes respecto a lo que ocurriría con la ley de movilidad de Alberto Fernández, señalaba el Informe de la Fundación Mediterránea.
Pero si la inflación baja, y salarios y recaudación empiezan a mejorar, los haberes de los jubilados evolucionarían por encima de lo que surgiría sólo con la fórmula de inflación. Esto es lo que está pasando ahora.
El ajuste solo por inflación perpetúa las pérdidas de las jubilaciones
Por ese motivo, para los jubilados la mejor opción era combinar ambas alternativas: para que los haberes no siguieran deteriorándose hacia delante (en este caso, hasta junio momento final del empalme de fórmulas) era conveniente el ajuste mensual por inflación desde abril y mantener la comparación entre la fórmula por inflación y la de salarios y recaudación.
El ajuste solo por inflación perpetúa las pérdidas de las jubilaciones de los últimos años porque mantiene constante el poder de compra de los haberes. Y no obtienen ninguna mejora si los salarios reales y/o la recaudación se recuperan por la productividad y de la economía, detalla un nota del diario Clarín.