La histeria parece no tener fin en el fútbol argentino. Un relevamiento realizado por La Nacion arrojó un dato que desnuda la falta de paciencia de los dirigentes con los entrenadores que eligen: solo 3 de los 18 entrenadores que fueron despedidos en las 23 fechas que lleva la Superliga lograron llegar al año de gestión: Eduardo Domínguez (Colón), 1 año, 10 meses y 7 días; Juan Pablo Pumpido (Patronato), 1 año, 2 meses y 6 días; Claudio Biaggio (San Lorenzo), 1 año, 1 mes y 19 días.
Aparecen casos que caminan por la cornisa del ridículo: Paulo Ferrari duró 22 días al frente de Rosario Central. Había reemplazado el 24 de febrero a Edgardo Bauza, a quien echaron dos meses después de ganar la Copa Argentina.
Las cosas no son muy diferentes en su clásico rival. Anteanoche, tras la escandalosa derrota por 2 a 1 ante Villa Mitre de Bahía Blanca, por la Copa Argentina, Héctor Bidoglio presentó su renuncia después de escasos 11 encuentros. Cosechó tres victorias, cuatro empates y la misma cantidad de derrotas, todas de manera consecutiva (River, Talleres, Gimnasia y Villa Mitre). Aunque ayer el plantel le manifestó su apoyo y lo convenció para seguir. Por lo pronto se sentará en el banco de suplentes este viernes, cuando desde las 19 el rojinegro recibirá a Huracán por la 24° fecha de la Superliga, pese a los rumores iniciales que ya ubicaban en ese lugar a Aldo Duscher, que se viene desempeñando como técnico de la reserva.
Tal vez lo de Walter Coyette esté cerca de un récord mundial. En la Superliga no llegó a los 11 meses de gestión. Con un detalle: duró seis meses y cuatro días en San Martín de San Juan y cuatro meses y 19 días en el Santo tucumano.
Otro dato que también golpea en las arcas de cada institución: desde que comenzó la Superliga seis equipos fueron dirigidos por al menos tres entrenadores: Argentinos (Alfredo Berti, Ezequiel Carboni y Diego Dabove), Colón (Eduardo Domínguez, Julio Comesaña y Pablo Lavallén), Godoy Cruz (Dabove, Marcelo Gómez y Lucas Bernardi), Rosario Central (Edgardo Bauza, Paulo Ferrari y Diego Cocca -asumió hace unos días, pero todavía no debutó-), San Martín de Tucumán (Rubén Forestello, Coyette y Ricardo Caruso Lombardi) y Tigre (Cristian Ledesma, Mariano Echeverría y Néstor Gorosito).
Esa impaciencia se evidencia en los resultados: con la excepción del Tomba, todos los demás equipos de esta lista tienen problemas con el promedio, o bien ya perdieron la categoría, como es el caso del Santo tucumano. Pero además, el enroque de nombres deriva en situaciones curiosas: Gorosito intenta el milagro de mantener a Tigre en Primera como consecuencia de una mala campaña de Ricardo Caruso Lombardi. Caruso, en tanto, no logró salvar a San Martín de Tucumán, que encadenó dos malas campañas en los ciclos de Coyette y Forestello. Ambos estuvieron, en ese orden, en el San Martín cuyano, comprometido con los promedios después del paso por la institución de Gorosito. Lo de Ezequiel Carboni es otro caso para analizar: el exvolante no dirige en la actualidad. Pero sus malas experiencias en Lanús y Argentinos complican el futuro de esos dos equipos, que deberán sumar, y mucho, en el próximo torneo para engrosar sus promedios.
<b>Las excepciones</b>
Solo unos pocos casos trascendieron a la patria resultadista. A fines de 2018, Diego Dabove culminó su contrato con Godoy Cruz y decidió emigrar a Argentinos después de realizar una gran campaña y cosechar el 70 por ciento de los puntos. Julio Falcioni dejó Banfield a fines de 2018 por cuestiones de salud. Gustavo Alfaro, de muy buen trabajo en Huracán, no quiso dejar pasar el tren de Boca. El Mellizo Barros Schelotto consideró que, después de perder la final de la Copa Libertadores con River, su ciclo de dos años y 9 meses en la Ribera estaba concluido, a pesar del bicampeonato local. Y Alfredo Berti pegó el portazo en Argentinos en la 5ª fecha porque un dirigente le cuestionó el trabajo de su preparador físico en el vestuario, segundos después de una derrota 1 a 0 con Boca. "Son cosas que no permito", reconocería luego Berti, que después de ese episodio recibió ofertas de otros clubes pero prefirió ponerle una pausa a su trabajo.
Hasta el momento son solo nueve los entrenadores que comenzaron la Superliga (o antes) y todavía se mantienen en sus equipos: Gustavo Álvarez (Aldosivi), Ricardo Zielinski (Atlético Tucumán), Sebastián Beccacece (Defensa y Justicia), Ariel Holan (Independiente), Eduardo Coudet (Racing), Marcelo Gallardo (River), Juan Pablo Vojvoda (Talleres), Leonardo Madelón (Unión) y Gabriel Heinze (Vélez). Pero nada garantiza que no haya más novedades en las dos fechas que le faltan al campeonato argentino, donde ni siquiera la vuelta de los torneos largos lograron ponerle fin a la histeria y a la calesita de entrenadores.