La Copa Libertadores de América se jugará desde el próximo año entre febrero y noviembre, alargando la competencia estrella del fútbol regional, según las reformas de la Conmebol anunciadas este martes.
La decisión fue adoptada para "armonizar los calendarios de competencias con los torneos locales de cada país", según un comunicado de la organización.
La modificación implica pasar de un promedio de 27 semanas a 42 semanas de duración total para la Copa Libertadores, que se jugará de febrero a noviembre, mientras que la Copa Sudamericana se jugará a partir de junio y finalizará en diciembre.
También se ampliará el número de participantes: de los 38 clubes que compiten en la actualidad se pasará a 42 equipos.
Otra novedad es que a partir de 2017 los 10 clubes de la Copa Libertadores que no avancen a los octavos de final tendrán la oportunidad de seguir compitiendo en la Copa Sudamericana.
Además, los campeones de ambos torneos ganarán cupos directos a la fase de grupos de la siguiente edición de la Copa Libertadores.
Los cambios son para "potenciar la calidad del fútbol sudamericano e impulsar su desempeño deportivo, esto por medio de una estrategia integral que permita generar y reinvertir más valor en su desarrollo y promueva la sustentabilidad de los clubes y las asociaciones miembro".
Las reformas, que también alcanzan a la Copa Sudamericana, contemplan una modificación en el calendario de ambas competiciones con el propósito de armonizar los calendarios de los torneos locales de cada país con las competencias continentales de clubes.