El clásico entre Boca y Racing dejó varias polémicas pero la principal fue el penal que el árbitro del encuentro, Patricio Loustau, le cobró al "Cata" Díaz a los 30' del primer tiempo. Después de un remate de Acuña que iba directo al arco, la pelota pegó en la mano del defensor y se desvió. El referí cobró penal y expulsó al catamarqueño.
Todo Boca protestó ante la sanción y uno de los más efusivos fue Agustín Orion, quién se ganó la tarjeta amarilla inmediatamente. Loustau explicó hoy por qué tomó la decisión de sancionar el penal.
"Yo no vi la mano. Por eso rescato y resalto la colaboración del equipo y de mi asistente Navarro. Fue un gran acierto de Cristian. Hay que resaltarlo", aseguró el colegiado.
El Cata Díaz se quejó aduciendo que la mano había sido casual y que la pelota primero había pegado en su cabeza. Pero el línea no lo vio así y le avisó a Loustau para que sancionara.
"La mano sancionable es aquella que quiere tocar el balón. Así está establecido en la circular FIFA", explicó el juez, argumentando su decisión. El protocolo de la FIFA indica que el árbitro debe evaluar si la posición de la mano era natural y si tuvo intención de cortar la trayectoria de la pelota.
Después de la expulsión, el Cata se fue enojado de la cancha y le realizó un gesto obsceno a los hinchas de Racing. Al respecto, el árbitro indicó que "el informe es confidencial, pero hay gestos que no pueden estar porque restan".
Por último, hizo una crítica a la actualidad del fútbol argentino y el comportamiento de los jugadores adentro de la cancha. "En la Argentina hay una vorágine convulsionada y dentro de la cancha se debería dar el ejemplo. El futbolista argentino es desafiante y complejo de dirigir", afirmó.