Vale rescatar el triunfo, no deja de ser valiosa la reacción, pero en líneas generales la actuación de los Jaguares ante Sunwolves fue altamente deficitaria. El equipo argentino anotó tres tries en los últimos 20 minutos para revertir una desventaja de 12 puntos para imponerse 46-39 ante los japoneses, por la 11ª fecha del Super Rugby 2017.
Hasta el minuto 60, los Jaguares estaban jugando uno de sus peores partidos en sus dos años de existencia. La defensa se mostraba endeble, los ataques se frustraban por errores propios. Al equipo conducido por Raúl Pérez le faltaba actitud. El partido se jugaba como le convenía a Sunwolves, que cada vez que se hacía de la pelota lastimaba.
El partido en Vélez se presentaba como una oportunidad inmejorable para volver al triunfo luego de cuatro derrotas consecutivas, pero sobre todo para reencontrarse con el juego que los llevó a ser uno de los animadores del certamen en las primeras cinco fechas: firme en defensa, contundente en ataque, pero sobre todo sólido. Sólo cabe rescatar el resultado, ya que el rendimiento dejó más aspectos por corregir que para valorar.
El encuentro empezó exactamente igual como lo había hecho el anterior: en la primera pelota que tocó el rival llegó al try luego de un rastrón a espaldas de la línea de tres cuartos. Demasiado fácil. La defensa, bien gracias. Otra vez a remar contra la corriente. Esta vez los Jaguares reaccionaron rápido y dieron vuelta el marcador gracias al try de Senatore, pero nunca pudieron hacerse con el control del partido. Más allá del try de Boffelli luego de una buena acción colectiva que se inició en mitad de cancha con un penal jugado rápido por Felipe Ezcurra, entre oportunidades desperdiciadas y una defensa muy permeable, Sunwolves llegó dos veces más al in-goal y se adelantó 25-15. El try-penal sobre la hora (en una jugada de penal, line y maul) sirvió como aliciente, pero no salvó la pálida imagen de los primeros 40 minutos.
El segundo tiempo no comenzó mucho mejor. Los dos primeros ataques de los Jaguares se frustraron por errores propios a centímetros del in-goal rival. Y cuando llegó la conquista otra vez vía line y maul, Sunwolves respondió enseguida. Primero por la punta, luego por el centro, las dos veces dejando en ridículo a la marcación de los argentinos. Los japoneses se ponían 39-27 y los 6000 espectadores se empezaron a impacientar: por primera vez en la historia de este equipo los silbidos reprochaban su actuación.
En los últimos 20 minutos llegó la esperada reacción. Alemanno primero tras un penal rápido jugado por Landajo, Creevy en otro line y maul y Moroni, tras un buen sombrerito de Díaz Bonilla, marcaron tres tries que alcanzaron para dar vuelta el partido. Y si bien Sunwolves tuvo una chance más para empatar, por una vez la defensa respondió con firmeza, a tiempo para salvar el honor.
Al menos, los cuatro puntos deberían servir para recuperar la confianza al cortarse la racha perdedora. La distancia respecto de Sharks, el último clasificado por Sudáfrica, sigue siendo de ocho puntos, pero si bien la posibilidad de clasificarse a los playoffs es factible, la mayor preocupación sigue pasando por recuperar el buen juego.