La tenista Serena Williams, que disputó hoy la decimocuarta final del Abierto de Estados Unidos, protagonizó el peor espectáculo de su exitosa carrera profesional al enfrentarse al árbitro del partido que perdió por 6-2 y 6-4 ante la japonesa Naomi Osaka, la nueva campeona del último torneo de Grand Slam de la temporada.
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El triunfo de Osaka, de 20 años, la convierte en la primera tenista japonesa que logra un título de Grand Slam, y deja su marca en 2-0 en los enfrentamientos que ha tenido con la mejor tenista del mundo.
La nueva campeona se lleva un premio en metálico de 3.800.000 dólares, mientras que la finalista ganó 1.850.000 dólares.
El duelo de generaciones entre Osaka, la joven ídolo de Williams, de 36 años, a la que admira e imita en su estilo de tenis físico y de poder desde el fondo de la pista, esta vez dejó a la alumna como la gran vencedora con un tenis impecable durante la apenas hora y 19 minutos que duró la acción en la pista central Arthur Ashe Stadium.
Osaka, que ya había ganado a Williams, en la primera ronda del pasado Masters 1000 de Miami, la superó de nuevo en todas las facetas del juego, con un saque consistente, un resto impecable que le permitió hacerle cuatro quiebres en cinco oportunidades, por apenas uno que cedió en las seis que tuvo la exnúmero uno del mundo.