La reanudación de la Premier League después de la Copa del Mundo que se organizó en Qatar tiene un gran beneficiado: Manchester United. Los Red Devils regresaron en gran forma del parate y esta tarde hilaron su tercera victoria consecutiva con una goleada 3-0 frente al Bournemouth. Sin embargo, no fueron todas sonrisas en Old Trafford, ya que una desafortunada jugada sacó del campo en la primera mitad a Donny van de Beek y las imágenes de angustia del perjudicado no presagian una recuperación sencilla.
Cuando transcurría el minuto 41 de partido, la visita jugó corto un tiro de esquina y lanzó un centro bajo al área de David De Gea. Un rebote dejó la pelota merodeando la medialuna y Marcos Senesi fue el primero en ir a buscarla. A pocos metros del balón, el defensor argentino se patinó y embistió la pierna del futbolista neerlandés, que cayó al césped con gritos de dolor. La primera reacción del surgido en San Lorenzo fue arrimarse para pedirle disculpas, pero el sufrimiento era mayor en ese momento para el mediocampista, que ignoró la intención de su colega.
Erik ten Hag envió a Alejandro Garnacho a la cancha y los médicos se llevaron a Donny, que no pudo retener las lágrimas de tristeza, para realizarle los estudios correspondientes en su pierna derecha. Aún a la espera del parte médico oficial del Manchester United, el entrenador fue el primero en dar sus impresiones sobre la lesión. "No pinta bien", declaró el técnico a los micrófonos de la transmisión antes de revelar que "debemos esperar 24 horas para tener más certezas".
Los fanáticos de los Red Devils aplaudieron a Van de Beek mientras se retiraba por sus propios medios del campo de juego mientras conversaba con dos integrantes del cuerpo médico. Una señal positiva para el jugador surgido en el Ajax es que podía apoyar peso en la zona golpeada.
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