"Salí de un pueblo muy chiquito y todavía tengo sueños de pequeño, como dirigir a River", reconoció Jorge Sampaoli, el director técnico de la Selección de Chile, en una entrevista con radio América. El hombre nacido en Casilda, provincia de Santa Fe, se convirtió en uno de los mejores entrenadores de la última década, mostrando su trabajo a través del fútbol chileno.
El santafesino logró su mayor reconocimiento dirigiendo a la Universidad de Chile desde el 2010 hasta el 2012, y luego cuando fue designado para conducir los destinos de La Roja, como es conocida la selección del país limítrofe. El mayor logro lo obtuvo hace pocos meses cuando le ganó a Argentina en suelo chileno y alzó la Copa América.
"Sentimos que tenemos una propuesta clara de juego, donde lo hagamos, vamos a tratar de ser protagonistas", explicó el entrenador sobre el conjunto que dirige y que encadenó dos triunfos en el inicio de las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.
Sampaoli se refirió a lo difícil que será el camino para el próximo Mundial y las dificultades que tendrán que pasar los equipos más fuertes del certamen. "Las Eliminatorias van a ser durísimas hasta el final. Brasil y Argentina dependerán de la jerarquía de sus jugadores", sostuvo. Y agregó que ambos equipos están por encima del resto en lo que respecta a sus individualidades.
El técnico argentino también analizó el fútbol actual y los cambios que hubo con el pasar de los años. Aseguró que "en los 80 uno veía más fútbol y hoy hay una histeria frenética que impide que se hagan tres pases seguidos", y contó que solo disfruta de ver al Bayern Münich que dirige Pep Guardiola.
Su trabajo se divide en técnica, estrategia y motivación. Conducir un grupo de jugadores implica llevar adelante un plantel de egos donde todos tienen trayectoria europea. Sampaoli se refirió a esa situación y sostuvo que "como el fútbol se ha vuelto más un comercio que un juego, es difícil conmover a un jugador".
"Cuando los jugadores, en las charlas, miraban más los celulares que a nosotros, nos dimos cuenta que había que cambiar", fue el ejemplo que brindó para exponer el cambio que ha sufrido el mundo del fútbol en los últimos años, y las alternativas con las que deben trabajar en los cuerpos técnicos.
Crítico y justo, dijo que "hay jugadores que se creen que son más que la bandera" y que parte de su trabajo es que "los jugadores vuelvan a ser los chiquillos que jugaban por jugar". La motivación para encontrar un desafío y apuntalar un objetivo es la gran obsesión del entrenador argentino.