Iban 11 minutos de la segunda parte y Zabaleta lanzó un pelotazo largo para Higuaín, que entraba solo al área de Neuer. El arquero alemán, como es su costumbre, salió lejos y despejó con el puño, pero en el mismo movimiento le pegó con su pierna en la cabeza al Pipita. Claramente era penal para la Aregntina.
Sin embargo, el italiano Nicola Rizzoli, árbitro de la final, decidió no cobrarlo. Es más, cobró tiro libre para Alemania por falta en ataque.