La situación de Miguel Borja en River Plate se ha convertido en un tema de debate entre hinchas y directivos. El delantero colombiano, que había sido el estandarte del equipo y un goleador implacable, ha visto disminuir su efectividad desde la llegada de Marcelo Gallardo como entrenador. Esta caída en su rendimiento ha llevado a muchos a preguntarse qué futuro le espera en el club, especialmente ante el contexto de su cláusula de rescisión.
Desde su llegada a River en 2022, Borja mostró un inicio prometedor, anotando 23 goles en 28 partidos bajo la dirección de Martín Demichelis. Sin embargo, con la llegada de Gallardo, su productividad se ha desplomado. En los 12 partidos disputados con el Muñeco, solo ha logrado marcar tres goles, lo que ha generado inquietud en las tribunas del Monumental. La afición, que antes lo aclamaba, ahora lo mira con recelo, incluso silbando su nombre tras un reemplazo en el partido contra Atlético Mineiro.
La preocupación se intensifica al considerar el aspecto contractual del jugador. Borja firmó con River hasta el 31 de diciembre de 2025, pero su contrato incluye una cláusula de rescisión que se reduce con el tiempo. Según los términos acordados, la cláusula es de 10 millones de dólares hasta finales de 2023, 8 millones hasta finales de 2024, y caerá a 4 millones a partir del 1 de enero de 2025. Esto significa que, en menos de dos meses, cualquier club con un buen poder adquisitivo podrá hacerse con los servicios del colombiano a un precio relativamente accesible.
Este aspecto contractual ha comenzado a generar rumores sobre su posible salida, especialmente si su rendimiento no mejora en los próximos meses. Los clubes europeos, siempre atentos a oportunidades en el mercado, podrían ver en la cláusula de Borja una oferta tentadora si continúa su baja efectividad.
La trayectoria reciente de Borja, de ser un goleador a lidiar con la falta de eficacia, ha llevado a muchos a preguntarse si el cambio de entrenador ha impactado negativamente en su rendimiento. Su último gol fue el 18 de octubre, en un penal contra Vélez, y desde entonces, la producción goleadora se ha estancado.