Sería imposible hacer breve la crónica de un partido como éste, sobre todo, por lo que ofrecieron ambos en la primera parte. A lo largo de todo el encuentro, las incidencias fueron raras y en cantidad. También es difícil analizar tácticamente un cotejo que tuvo al vértigo como característica principal, ya que la intensidad propuesta por el equipo de Diego Simeone, se topó con la jerarquía ofensiva del de Luis Enrique, que tuvo la llave ganadora con un tridente de ataque casi mortal.
Fue Javier Mascherano el que falló en un pelotazo que derivó en el primer ataque del Atlético, definido de exquisita forma por Fernando Torres, que parece haber resurgido como futbolista con la camiseta que lo vio nacer. Todo era algarabía en el Vicente Calderón, porque el local se imponía y forzaba los penales, hasta que Messi agarró la pelota, cedió para Suárez y el uruguayo profundizó para Neymar, quien la cruzó y estampó el empate. Un baldazo de agua helada para el Cholo y compañía.
Pero un rato más tarde, Juanfran se metió en el área y se llevó puesto a Mascherano. El árbitro entendió que era infracción del argentino y señaló el punto de penal. Las repeticiones mostraron que el contacto fue de la línea para afuera y que la falta es polémica, aunque poco le importó a Raúl García, que canjeó la pena máxima por gol y adelantó otra vez a los Colchoneros, que necesitaban un tanto más para acceder a la siguiente ronda de la Copa del Rey. Pero, pecaron y volvieron a pagarlo caro.
A través del fuerte del elenco madrileño, la pelota parada, el Barcelona sacó ventaja: Miranda, en su intento por sostener a Luis Suárez, quiso despejar y la metió en su arco. El "Aleti" quedó boleado y, antes del cierre de la primera etapa, Neymar (le habían anulado un tanto por un presunto offside que no existió) capitalizó una buena jugada colectiva que mandó 3-2 arriba a los culés al vestuario. Camino a los vestidores, la bronca fue generalizado contra el brasileño y se armó una gresca que derivó en la expulsión de Gabi.
El Atlético salió al complemento con un hombre menos y teniendo que convertir tres goles frente a uno de los conjuntos más peligrosos en velocidad de contragolpe. Se lo notó nervioso -Arda Turam le revoleó un botín a un juez de línea- y se conformó con mantener la diferencia y no ser goleado. Los minutos pasaron, el Barça manipuló la pelota y hasta pudo aumentar, aunque lo único que variaría de ahí al final, sería la diferencia numérica: Mario Suárez le tiraría un patadón a Messi y vería la roja.
Los del Cholo se habían cargado en la instancia anterior al Real Madrid, pero no pudieron hacer lo propio con el Barcelona y ahora se abocarán a dos frentes: la Liga (están a cuatro puntos de los "Merengues") y la Champions League (afrontarán los Octavos de Final ante Bayer Leverkusen. Por su parte, el elenco de Messi y Mascherano, esperará por el ganador de la serie que enfrenta al Getafe y Villarreal, que se impuso 1-0 en la Ida. Claramente es el gran favorito a quedarse con el trofeo.