Fue una ovación diferente. No atajó un penal ni salvó un mano a mano. Sebastián Torrico hizo algo más importante que eso: contra Banfield volvió a ocupar el arco de San Lorenzo luego de que hace seis días falleciera Justino, su hijo recién nacido. Pese al profundo dolor por lo sucedido, el arquero decidió volver a atajar y el "Torriiiico, Torriiiiico" explotó en el Gasómetro a modo de caricia para atenuar un poco tanta tristeza.
El arquero, que fue saludado afectuosamente por todos los jugadores del Taladro, cumplió partido N°100 en el arco azulgrana. Además de la ovación de la gente, hubo banderas demostrándole su apoyo en este difícil momento.