Juan Martín va caminando por las nubes. Y no por su altura que roza los dos metros. Sino porque desde los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, vive momentos de ensueño. Inolvidables. En la ciudad carioca no sólo ganó la medalla de plata, dejando en el camino a jugadores como Djokovic y Nadal, sino que se acercó a la gente de una manera tremenda. Las victorias y el cariño se trasladaron hasta Nueva York, en donde se disputa el US Open, torneo que ganó en el 2009 y que hoy lo tiene en cuartos de final. Del Potro pasó por el abadono de Thiem cuando el partido estaba 6-3 y 2-3 a favor del argentino, y comentó: "Ojalá que esto no se termine nunca".
"Me sorprendió que abandone, fue de un momento para otro, porque en el 2-1 del segundo set casi pierdo mi saque. No lo notaba lesionado o molesto. En el game siguiente sí vi que corría menos. Jugar así también es duro para mí, porque me presioné por demás, tenía que meter las pelotas. Es una lástima porque es un gran jugador y era un torneo para que pueda avanzar. Ganar de esta manera nunca es lindo", siguió Delpo desde el Arthur Ashe, en donde se siente más que cómodo. El de Tandil jugó un buen primer set, que recuperó luego de estar 1-3 para llevárselo por 6-3. En el segundo el austríaco sintió el dolor en la rodilla y se retiró ni bien comenzó el sexto game.
Para el argentino es todo felicidad. Porque viene de años de frustraciones físicas y operaciones en esa maldita muñeca. "Es difícil imaginar llegar hasta acá cuando uno está sano también. Estar un cuartos es un objetivo de cualquier tenista, hasta de los top ten. Me toca ser un privilegiado, por ser parte de los ocho. Poco a poco voy jugando mejor, como el primer set. Mi nivel también está subiendo y voy mejorando poco a poco", agregó quien hoy aparece como el 142° del ranking, pero que el mundo entero sabe que eso no es así.