Los hermanos Ángel y Óscar Romero protagonizaron esta mañana una curiosa situación en San Lorenzo. Los futbolistas quisieron ingresar al predio con un familiar y ante la negativa de las autoridades del Ciclón, se retiraron ofuscados antes de que finalizara el entrenamiento.
El inconveniente se generó porque en la cancha auxiliar se iba a disputar el amistoso frente a All Boys y los paraguayos querían que la persona que los acompañaba se ubicara en uno de los bancos de suplentes. En ese lugar observan las prácticas Leandro Romagnoli, los médicos y la jefa de prensa.
Los jugadores le comentaron lo sucedido a Diego Monarriz, quien discutió con Ángel (estaba mucho más enojado con su hermano) por la negativa del entrenador. Después de la entrada en calor y algunos movimientos, se fueron antes del final del entrenamiento a las oficinas de Hugo Tocalli.