El dirigente de Peñarol, Evaristo González, anunció que el club uruguayo podría unirse a otros equipos argentinos para presentar una queja formal ante la CONMEBOL debido a la violencia y hostigamiento que sufren en Brasil. Este tema ha cobrado relevancia tras los recientes incidentes ocurridos en Río de Janeiro, donde hinchas del Carbonero fueron agredidos y hostigados antes del partido de ida contra Botafogo en la semifinal de la Copa Libertadores.
Durante las horas previas al encuentro, los seguidores de Peñarol experimentaron un constante hostigamiento, no solo por parte de hinchas del Botafogo, sino también por la policía y la organización del evento. Este tipo de violencia no es un fenómeno aislado; equipos argentinos como River, Racing y Lanús también han enfrentado situaciones similares en sus visitas a clubes brasileños, lo que ha encendido alarmas en el entorno futbolístico rioplatense.
González declaró: "No es la primera vez que pasa. Considero que el club se tiene que mover con cuadros de Argentina que hayan vivido acciones similares. Debemos presentarnos en la CONMEBOL y plantear que Brasil debe recibir una sanción ejemplarizante". En este sentido, sugirió que la localía de los equipos brasileños podría ser reconsiderada y que, en caso de que el Ministerio del Interior brasileño no garantice la seguridad, los partidos deberían jugarse en otro país, como Paraguay.
El dirigente enfatizó la importancia de la unidad entre los clubes, sugiriendo que Peñarol, Nacional, River y Boca deben unirse en esta causa. "El abuso en Brasil es desorbitante y la CONMEBOL tiene terror de perder ingresos provenientes de Brasil", afirmó, poniendo de relieve la falta de medidas efectivas ante la violencia que enfrentan los equipos visitantes.
González relató los incidentes ocurridos en Río, donde aproximadamente 300 agresores, no solo de Botafogo, sino también de otros clubes como Fluminense y Flamengo, atacaron a los hinchas de Peñarol con palos y armas. "Hubo suerte de que no lamentáramos vidas", comentó, mostrando su preocupación no solo por la seguridad de los hinchas en Brasil, sino también por posibles represalias en Uruguay.
Ante este panorama, el club uruguayo confirmó que el partido de vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores, programado para este jueves, se jugará sin público visitante en su estadio, el "Campeón del Siglo". Peñarol tendrá la difícil tarea de remontar un 5-0 en contra para avanzar a la final. La situación resalta la urgencia de abordar el problema de la violencia en el fútbol sudamericano y las implicaciones que esto tiene para la seguridad de los aficionados y la integridad de las competiciones.