No hay tres sin cuatro, podría decir Andy Murray , que llega por cuarta vez a la definición del Abierto de Australia . Como también podría pensar que la cuarta quizá sea la vencida, y pueda, al fin, levantar el trofeo principal en el Melbourne Park. En busca de su tercer título de Grand Slam tras las conquistas del US Open 2012 y Wimbledon 2013, el escocés dio un paso importante al derrotar en la primera semifinal al checo Tomas Berdych por 6-7(5), 6-0, 6-3 y 7-5, y espera al ganador del duelo que mañana sostendrán, desde las 5.15 de la Argentina, el serbio Novak Djokovic , número 1 del mundo, y el suizo Stan Wawrinka , defensor del título.
En un torneo en el que rindió cada vez de mejor manera, Murray debió soportar el ritmo intenso que Berdych le imprimió en el primer set, en el que el checo jugaba con más agresividad y conseguía encontrar los ángulos para dominar el juego; consiguió un quiebre (5-3), pero no pudo cerrar el set y llegó al tie-break, en el que salvó un set-point antes de quedarse con el primer parcial. Pero Berdych no mantuvo la intensidad y Murray dominó el resto del partido, al ganar el segundo set en menos de media hora, y tomar ventajas decisivas en el tercero, y en el último, obtener el break crucial en el penúltimo game, para luego celebrar frente a unos 17.000 espectadores.
La llegada a la final de Australia le asegura a Murray el regreso al Top 4, pero podría escalar al puesto número 3 y desplazar a Rafael Nadal si se queda con el título, mientras que Djokovic y Roger Federer continuarán en los puestos 1 y 2, respectivamente.
Entrenado por la francesa Amélie Mauresmo , Murray buscará cobrarse desquite luego de tres frustraciones en el Rod Laver Arena, ya que en 2010 perdió el partido decisivo con Roger Federer en sets corridos; lo mismo le sucedió doce meses después contra Djokovic, y volvió a perder la final de 2013 contra el serbio, en cuatro parciales; el año pasado, se había despedido en los cuartos de final contra Federer.
"Mucha gente me criticó por contratar a Mauresmo. Creo que esto demuestra que una mujer puede ser una buena entrenadora", dijo Murray, que había comenzado a trabajar con la ex número 1 luego de finalizar su vínculo con Ivan Lendl , el coach con el que ganó sus dos primeros títulos de Grand Slam.