Una mujer de la localidad santafesina de Alvear, compartió su angustiante experiencia tras viajar a España con sus dos pequeños hijos para que se reunieran con su padre, que reside en ese país. Sin embargo, la situación se tornó “una pesadilla” cuando el hombre impidió que los niños regresaran a la Argentina.
Raquel y el padre de Vladimir, de 8 años y Mileva de 4, estuvieron juntos durante diez años y, desde su separación hace dos, han realizado viajes para que los pequeños mantengan el vínculo con su padre.
“Siempre respeté la figura paterna, la distancia es ocasional. Yo solo pedí que pagara los pasajes de ida y vuelta, pero me tendió una trampa. Me sacó los pasaportes de mis hijos, canceló sus boletos y me bloqueó en todos lados”, relató la mujer.
“Es hora de tomar las riendas y empezar a hablar en público. Es algo totalmente injusto, una situación muy fuerte y delicada en la que están mis hijos de por medio. Estoy viviendo una pesadilla”, expresó.
También manifestó sus sospechas sobre la posible falsificación de documentos de sus hijos, explicando: “Mis hijos están yendo a una escuela acá. Creo que ha falsificado mi firma, mi identidad. Su estrategia era sacarme a los nenes sin que yo ponga resistencia”.
Según su relato, él asumió que ella no se opondría a su decisión de quedarse con los niños. Además, comentó sobre el funcionamiento de la Justicia española: “Acá, si no hay un acuerdo legal, los nenes se pueden quedar tanto con el padre como con la madre. Entonces, la jugada que él hace es hacerme una demanda, escolarizar a los niños y darles una residencia. Por eso, acá no lo toman como un secuestro, por más que yo no pueda ver a los nenes”.
Raquel finalizó diciendo que “el consulado, como él me metió una demanda judicial, me dijeron que no se meten y que la situación les da igual, que haga mi vida”.
En las últimas horas, a través de un comentario en una publicación sobre su caso, la mujer aclaró que pudo ver a los niños “en un espacio público, y luego de una discusión violenta con policía por medio pude recuperar a la niña”. (Rosario 3)
