Sebastián Uranga (h) demostró que cómo el estudio y el deporte pueden unirse en el mismo camino. El jugador de Argentinos de Junín es hijo de Sebastián Raúl Uranga, quien nació en Paraná y fue figura de Liga Nacional de Básuqet vistiendo las casacas de Echagüe y Unión de Santa Fe, además de destacarse en la Selección Argentina. El ala pivote (misma posición que su padre) de 30 años habló de la importancia y de las ganas de "querer aprender", de realmente "ir por aquello que a uno lo motive, que le permita crecer o desarrollarse".
El jugador, que pasó por Ben Hur de Rafaela, Obras Sanitarias, Sionista, Atlético Echagüe Club, Salta Basket y Estudiantes de Concordia en la LNB, y Ciclista Juninense, San Martín de Maros Juarez, Platense y Unión, en la Liga Argentina; dejó su mensaje y reveló su experiencia, tras terminar de cursar la carrera de Relaciones Públicas e Institucionales. "Cuando terminé la escuela sabía que quería seguir estudiando. En ese momento encontré la posibilidad de hacer la carrera de Martillero Público en la UNL en Santa Fe. Me puse a estudiar, aunque no me gustaba tanto. Cuando me fui, los viajes para rendir se me hacían un poco largos y la fui dejando de lado, hasta que a lo último la terminé abandonando, me quedaron un par de materias. Es complejo cursar cuando uno viaja", cuenta Seba sobre su primera experiencia con los libros.
Tras la grave lesión que sufrió en Obras (se rompió los ligamentos y meniscos de la rodilla derecha), el oriundo de Venado tuerto debió hacer reposo y eso le dio tiempo para comenzar con la carrera de Relaciones Públicas e Instititucionales en la Universidad Siglo 21: "Empecé con la carrera, de a poco. Pensé que quizás me iba a llevar mucho tiempo o que iba a tener que estar re metido, pero no, se trata de generar el hábito, si agarrás a una persona que nunca hizo pesas en su vida y le ponés cien kilos de sentadilla, seguro que esa persona nunca más va a tocar una pesa en su vida. Lo mismo pasa con esto, uno tiene que empezar de a poco".
"Son un total de 40 materias aproximadamente. La verdad no iba llevando la cuenta. En un momento me quedaban cuatro y no lo podía creer. Yo pensaba que no me iba a recibir nunca. El primer año lo hice presencial cuando estaba en Buenos Aires. Cuando me fui a Paraná la hice totalmente virtual, solamente tenía que ir al centro a rendir. Yo en todas las ciudades del país donde había Liga podía ir y rendir. Entonces, por ejemplo, sabía que tal fecha jugábamos en Comodoro, entonces pedía una mesa y rendía allá. Eso me sirvió un montón, porque si tendría que haber prepararado materias para rendirlas en un mismo lugar, hoy seguiría estudiando. Terminé de rendir por zoom ahora en la cuarentena y quiero seguir. Arrancar algo nuevo", afirmó Sebastián, y agregó: "Muchos dicen que hay que estudiar para ser alguien, y para mí eso no es así, uno es quien es y no importa si estudiaste o no estudiaste. Uno sabe quién es y no sos más por estudiar pero si tenés interés de aprender y tenés realmente ganar de estudiar una carrera, o hacer un curso o emprender en algo, la excusa de que no hay tiempo y de que no va de la mano el estudio con el básquet o con el deporte es mentira".
El integrante del plantel del Turco de Junín recuerda cómo inició nuevamente el camino del estudio: "Me acuerdo que el papá de un amigo me decía "sentate y subrayá, marcá con colores". Y realmente lo único que tenés que hacer es sentarte, estudiar, cualquiera que tenga ganas, hábito y disciplina se va a recibir. Al principio me costó un poco, como todo proceso y aprendizaje de un hábito nuevo, y después fue siendo cada vez más positivo porque aprendí a cortar. Terminaba un entrenamiento, llegaba a casa y mientras me hacía la comida me ponía a leer, me preparaba para rendir. Aprobar una materia, ir avanzando, sentír que hacés algo por vos, a mí me encantó, me hacía sentir muy bien, creo que suma mucho al autoestima".
Para finalizar, Uranga reflexionó: "Algo complicado y complejo es la persona que va labura, que tiene familia y tiene que estudiar. Pero nosotros entrenamos a la mañana dos horas, a la tarde dos horas, dormimos la siesta y después tenemos muchísimas horas que ocupamos no haciendo nada, o jugando a la play, otros duermen más, otros estudian, leen o trabajan. Creo que cada uno le puede agregar el valor que quiera a su tiempo libre. Hay que descansar pero uno puede tranquilamente sentarse y leer mientras toma unos mates. No es fácil generar el hábito pero una vez que lo hacés se puede".