Un hombre denunció el robo de una garrafa de 10 kilos en su domicilio en Chajarí. Según el denunciante, al regresar a su casa se percató de que el objeto había sido sustraído y sospechó que el responsable podría ser una persona de confianza a quien le había prestado la llave y autorizado a ingresar al hogar.
El caso fue rápidamente investigado por la Policía, que logró rastrear la ubicación de la garrafa. A través de un trabajo de inteligencia, los agentes identificaron que el elemento robado se encontraba en un local comercial de la ciudad, situado en la intersección de las calles Martín Fierro y Pío XII.
El propietario del comercio reconoció haber adquirido la garrafa, aunque desconocía su origen ilícito. Ante ello, procedió a entregar el objeto de manera voluntaria. La Fiscalía en turno fue informada de la situación y dispuso el secuestro de la garrafa, que fue devuelta a su propietario.