Roger Federer es interminable. No necesita nada más para que se lo considere una leyenda, tal vez el mejor jugador de todos los tiempos. Pero, por si acaso, sigue sumando distinciones. Este domingo le ganó a Stan Wawrinka por 6-4 y 7-5 en la final de Indian Wells y ganó el primer Masters 1000 de la temporada. Federer celebró hoy el título 90 de su carrera y el segundo de 2017.
En una hora y 20 minutos, Federer, décimo favorito del certamen, se llevó la victoria sobre su compatriota para lograr su quinto título en el desierto californiano después de los que había conseguido en 2004, 2005, 2006 y 2012.
A los 35 años y después de no haber jugado el año pasado por una lesión en la rodilla, Federer repitió lo logrado en 2004 y en 2006, cuando ganó Indian Wells después de haber triunfado en el Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada.
A pesar de un cuadro que aparentaba muy complicado, con rivales como el serbio Novak Djokovic, el español Rafael Nadal, el argentino Juan Martín del Potro y el australiano Nick Kyrgios por su lado, Federer se las ingenió para llegar a la final sin ceder sets.
En cuartos se vio beneficiado por la no presentación de Kyrgios, pero antes vapuleó a Nadal por 6-2 y 6-3 en los octavos de final, mientras que en las semifinales dejó en el camino sin problemas al local Jack Sock.
Se trató del vigésimo tercer capítulo del clásico suizo, con un amplio dominio de Federer, que ganó 20 encuentros, mientras que Wawrinka sólo ganó tres cruces. Federer se impuso en los últimos cuatro encuentros -incluida la semifinal del Australian Open de este año, en cinco sets-, y Wawrinka había ganado la única final previa entre ambos, en el Masters 1000 de Montecarlo 2014.
El primer Masters 1000 de la temporada tenística, que se jugó sobre superficie dura, repartió en total 6,993 millones de dólares en premios y puntos para el ranking mundial.
Con 35 años, Federer se convirtió en jugador de mayor edad en ganar un torneo de la serie Masters 1000.