Luego de lo que fueron ayer las presentaciones (con posterior clasificaciones) de dos grandes como San Lorenzo y Racing, la Copa Argentina tenía su continuidad con un poderoso del interior. En el Tomás Adolfo Ducó, Rosario Central medía fuerzas con Ferro, en busca de meterse entre los ocho mejores del certamen federal. Ambos protagonistas llegaban a esta instancia atravesando un buen presente futbolístico en sus respectivos torneos, dado que los dos se encuentran entrometidos en la discusión importante.
Sin embargo, ninguno de los dos le restó importancia a este frente (el cual además del suculento premio económico y prestigio que entrega, también otorga la clasificación directa a la Libertadores para el campeón) y salieron a disputarse el pase sin regalar nada. Claro que sí se notó la diferencia de categoría y jerarquía, aunque no en el marcador.
Luego de un arranque algo dubitativo, ya que los de Caballito sorprendieron al salir a buscar el arco de enfrente de entrada, el "Canalla" se fue acomodando con el correr de los minutos y fu de menos a más. Así logró a los once minutos generar un ataque de real peligro, haciendo lucir al arquero Limousin para sacar un cabezazo a quemarropa luego de que el travesaño salvara en primera instancia su valla. Un gol anulado a Franco Niell fue el otro punto más destacado de un primer tiempo que tuvo a los rosarinos como merecedores quizá de un mayor premio que no consiguieron como consecuencia de su falta de profundidad. Por su parte, el Verdolaga se basó en su orden para mantener el cero y seguir con vida de cara al complemento.
En la reanudación del juego, los dirigidos por Eduardo Coudet salieron enchufadísimos y en apenas tres minutos volvieron a exigir al arquero rival con un violento disparo de Villagra, mientras que luego Montoya hizo su intento con un disparo a distancia que se fue desviado. Ya con el correr de los minutos, los técnicos comenzaron a buscar respuestas en el banco como consecuencia de no poder hallar los caminos para vulnerar al adversario. Con excesivos centros aéreos, los de Primera intentaban una y otra vez ante un elenco del Nacional que resistía las embestidas y apostaba a alguna contra en velocidad para dar el golpe.