Con la llegada del frío intenso se multiplicaron los pedidos de consulta en la guardia del Hospital de Niños San Roque de Paraná, donde es muy intenso el movimiento en la sala de espera.
"Tenemos muchos casos de bronquiolitis", confirmó una médica pediatra mientras despedía a una madre con su bebé y hacía ingresar a otro dos.
<b>La bronquiolitis es una enfermedad bastante común y algunas veces grave</b>, que expresa una inflamación aguda de las vías aéreas inferiores (bronquiolos). Afecta principalmente a los más pequeños, en especial a los bebés menores de 6 meses, y es más frecuente en los meses fríos (otoño e invierno). Es una causa frecuente de hospitalización de niños menores de 1 año durante el invierno y comienzos de la primavera.
La causa más frecuente de la bronquiolitis es el virus sincicial respiratorio (VSR). Más de la mitad de los bebés están expuestos a este virus en su primer año de vida.
<b>El virus se transmite de una persona a otra</b> por el contacto directo con las manos contaminadas con secreciones nasales o a través de gotitas aerotransportadas generadas al toser o estornudar, por aquellos que presentan la enfermedad.
Hasta la semana pasada, en la guardia del Hospital de Niños atienden alrededor de 1.500 consultas por semana, cuando lo habitual es que se presenten entre 1.800 y 2.000; no obstante, esta semana el número de consultas repuntó como consecuencia de las bajas temperaturas.
<h5>Posta respiratoria </h5>
Desde el año 2010 en este nosocomio trabajan intensamente con la sala de posta respiratoria, un espacio en el que derivan a los pacientes de 0 a 5 años con cuadros de bronquitis de tipo obstructiva, a quienes someten a un tratamiento con el propósito de evitar la internación.
"En el hospital tenemos pocas camas y un gran volumen de consultas y derivaciones de toda la provincia, lo que hace casi imposible atender a todos, por eso la sala permite a los médicos evitar internaciones y reforzar el seguimiento de los casos que si no responden al tratamiento son derivados para su internación", contó una encargada.
En tanto, para evitar la internación del niño, se lleva adelante una contrarreferencia con los centros de salud, desde donde desarrollan un monitoreo sobre la evolución de la patología respiratoria; al tiempo que detectan a la población de mayor riesgo para que reciban un tratamiento adecuado.
Los chicos que primero son evaluados en la guardia y a los que se les diagnostica alguna patología de tipo respiratoria son derivados a la sala de posta respiratoria para su seguimiento en forma ambulatoria.
<b>Síntomas</b>
<i>La bronquiolitis suele comenzar como un resfrío. Luego de dos o tres días de ese cuadro, algunos niños pueden tener pocos síntomas o síntomas menores y otros desarrollar más problemas respiratorios, como sibilancias (ruido similar a un silbido en el pecho, al respirar) y tos.
El niño con bronquiolitis puede presentar alguno de los siguientes síntomas: tos, fatiga, fiebre, respiración muy rápida (taquipnea), aleteo nasal o retracción de los músculos del tórax en un esfuerzo por respirar, cansancio, y color azulado en la piel, las uñas o los labios debido a la falta de oxígeno (cianosis): en este caso necesita tratamiento urgente.</i>
<h5>Cómo vestir a los bebés cuando hace frío</h5>
No siempre es fácil elegir la ropa adecuada para los niños y niñas. Los cambios bruscos de temperatura son los principales enemigos de los recién nacido cuando llega el invierno. Eso de que haga frío por la mañana y calorcito al mediodía, puede molestar e incluso enfermar al pequeño. El otoño y el invierno son épocas difíciles para vestirlos. Muchas veces, temiendo que puedan tener frío y se los abriga en exceso y otras veces, viendo el sol que luce desde la ventana, las madres se confían y los abrigan demasiado.
Se debe procurar que la temperatura del bebé sea lo más constante posible para evitar que puedan sufrir las típicas agresiones del frío en su piel como sabañones, sequedad, labios cortados, eczemas, dermatitis, o incluso afecciones por virus. Se debe considerar, además del defecto de ropa, que también es poco aconsejable el exceso de ropa, ya que el sobrecalentamiento hace que se sofoquen y suden.
La clave está en elegir la ropita más adecuada, previendo las circunstancias de las salidas. Elegir ropa de un tejido que permita transpirar al bebé y que sea cómoda a la hora de desprenderse de alguna prenda o de cambiarle el pañal.
Muchos de los catarros llegan después de haber sudado, cuando el sudor desprendido moja la ropa y queda fría en contacto con la piel, así que para evitarlo lo mejor es observar la temperatura del ambiente en la calle y elegir un horario en el que el sol esté alto, para evitar las temperaturas más extremas del día; adecuar la cantidad de ropa al lugar dónde se encuentran y controlar la temperatura corporal del pequeño, observando el aspecto de su piel, tocándoles la nuca y el cuello u observando el color de la piel (las manos, a veces están frías, pero no porque tengan frío, sino porque se las chupan).
En tanto, los pediatras aconsejan evitar los espacios totalmente cerrados para que no sea tan brusco el cambio de temperatura; al tiempo que recomiendan evitar el humo del cigarrillo dentro de la casa.
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