"La realidad es que el paro, analizado como se quiera mirar, fue un espanto. No hay forma que se pueda sostener que haya habido una ausencia mayor al 20 por ciento en muchos de los lugares de trabajo y que se quiera sostener como un buen paro", advirtió Fernández, quien consideró que la evaluación realizada por los dirigentes que convocaron a la medida de fuerza "no tiene pies ni cabeza".
En declaraciones formuladas en la Casa de Gobierno, Fernández consideró que "el paro no sirvió para nada" e insistió en que "lo que hay que hacer es sentarse y seguir discutiendo salarios en una mesa en forma racional".
"El paro fue muy flojo en muchos lugares del país y es porque hay muchos gremios como la UOM, Comercio, encargados de edificios, estatales, UOCRA, bancarios, cerealeros y otros muchos que ya terminaron con las convenciones colectivas de trabajo y se han puesto de acuerdo en una misma mesa como corresponde y como habilita la legislación argentina, y creo que habría que haber seguido por esa vía", puntualizó.
Insistió en que "el tema es un tema electoral", al tiempo que señaló que se trató de "un paro politiquero, que lo que busca es enturbiar, hacer un gesto de mala manera".
Para Fernández, el paro fue "una medida que no se ha cumplido en la mayoría de los barrios del país".
Por otra parte, criticó con dureza a Luis Barrionuevo, quien consideró que "ni en la época de los militares" se cerraban los contactos con el Gobierno ya que en esa época "había diálogo y se podía negociar".
"Es imperdonable lo que dice; me gustaría que me dijera en qué condiciones negociaba", advirtió Fernández, en declaraciones periodísticas.
Para Fernández, las declaraciones fueron como "un escupitajo en la cara y un gesto de colaboracionismo con las bestias de turno".