La combinación entre las altas temperaturas y las vacaciones otorgan el escenario perfecto para realizar diferentes actividades al aire libre. Sin embargo, ese tipo de planes requiere precaución y protección contra dos amenazas: los posibles daños ocasionados por la exposición al sol y las picaduras de los mosquitos, que pueden transmitir enfermedades.
Por lo tanto, el protector solar y el repelente se convierten en productos esenciales para poder disfrutar y cuidar la salud durante la temporada. Si bien en ocasiones suelen aplicarse en orden indistinto, su correcta colocación es crucial para garantizar su efectividad. Entonces, ¿qué va primero? ¿El protector solar o el repelente de insectos?
Ya que ambos productos son esenciales como barrera de protección, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) reveló cuál es el orden correcto: primero se debe aplicar el protector solar y se debe esperar 30 minutos antes de administrar el repelente, ya que la combinación de ambos aumenta el nivel de toxicidad.
Claves para disfrutar un verano saludable
La radiación solar, con sus diversas emisiones que afectan la piel, conlleva riesgos significativos a largo plazo. No solo se manifiestan de manera casi inmediata, como en el caso de las quemaduras solares, sino que también se acumulan año tras año. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), advierten: “El daño se va acumulando y la piel se vuelve más vulnerable, pudiendo transformar las células de la piel”.
A fin de asegurar la eficacia del protector solar, se aconseja su reaplicación cada dos horas, después de cada baño y en situaciones de sudoración intensa. Sin embargo, es crucial no aplicarlo simultáneamente con el repelente de insectos.
Los especialistas desaconsejan rociar directamente los repelentes en aerosol sobre la piel de los niños para evitar la inhalación. En su lugar, sugieren aplicar el producto en la mano del adulto y luego distribuirlo en las áreas expuestas, excluyendo zonas bajo la ropa, alrededor de los ojos, la boca y las manos, para prevenir la ingestión del producto.
Por su parte, el uso de repelente es esencial para prevenir el dengue, una de las principales enfermedades transmitidas por mosquitos.
Además, se proponen otras medidas para prevenir picaduras: el uso de ropa fresca y clara, mangas y pantalones largos en exteriores, y la colocación de tul sobre cunas y cochecitos. También se sugiere el uso de mosquiteros en puertas y ventanas. Eliminar o invertir los recipientes con agua estancada, cambiar el agua de floreros y bebederos de mascotas a diario, mantener los desagües de los techos sin hojas y tapar los tanques de agua son acciones recomendadas para controlar la proliferación de mosquitos.
La SAP destaca que seguir estas recomendaciones contribuirá significativamente a la prevención de enfermedades graves como el dengue, chikungunya, Zika o fiebre amarilla.