

Pablo Alfredo Fernández acordó una pena de ocho años y medio de cárcel por el crimen de Carlos Ismael Arrúa y las lesiones que sufrió Javier Ramón Ortíz, tras el ataque a balazos que les efectuó el acusado el 25 de diciembre de 2024, momentos antes de las 3:10, con un arma calibre .45.
El acuerdo en juicio abreviado fue presentado este viernes por el fiscal Mariano Budasoff y será el juez Alejandro Grippo quien dará a conocer su resolución el martes 11 respecto de la homologación o no del procedimiento.
Fernández, de 33 años, fue acusado de haber cometido el siguiente hecho: "El 25 de diciembre de 2024, momentos antes de las 3:10 horas, Pablo Alfredo Fernández, muñido con un arma de fuego calibre .45 cuyas demás características se desconocen, se hizo presente en la vereda sur de la intersección de calles General Galán y Los Ceibos de esta capital, donde se encontraban Carlos Ismael Arrúa y Javier Ramón Ortiz, y les efectuó varios disparos, impactando a Ortíz un proyectil en la pierna derecha a la altura de la rodilla y otro en el rostro sobre la ceja izquierda; y a Arrúa, uno en el abdomen, tres en la pierna derecha y uno en la pierna izquierda. Fernández se dio inmediatamente a la fuga y las víctimas fueron trasladadas de urgencia al Hospital San Martín, falleciendo Arrúa en dicho nosocomio el día 9 de enero de 2025 a causa de las lesiones sufridas".

Entre la evidencia recolectada en el legajo, se consignó que Arrúa, antes de morir, manifestó que “Pablo es el marido de Rita, el hijo del Correntino. Rita es la que mató a su hermana hace unos días. El arma la identificó enseguida porque antes tenía una relación amena con Pablo y la tiene hace bastante tiempo. Agregando que, Pablo, tiene una hermana frente a la rotisería de la calle 1008, en una esquina, lugar donde puede guardar el arma, porque cada vez que tiene problemas corre para ese lado”.
La conducta antes descripta se subsumió en el delito de Homicidio, por el crimen de Arrúa, y Lesiones leves en concurso real, por las lesiones que sufrió Ortíz, en calidad de autor. Entre las evidencias recabadas en el marco de la Investigación Penal Preparatoria (IPP) se mencionó el allanamiento efectuado el 31 de diciembre de 2024, en la vivienda ubicada en calle Ameghino al final de Paraná, donde se procedió al secuestro de una escopeta recortada, dos cartuchos calibre16, una faja con tirantes color negro, marca Ombú, confeccionado por el Oficial Sub Inspector Elías Nahuel Facciano, numerario de la División Homicidios; y el allanamiento el mismo día en la vivienda ubicada en calle Virgen del Lujan y Los Talas de Paraná, donde se procedió al secuestro de una faja con tirantes color negro, marca Ombú, y tres vainas servidas y percutidas.
El acuerdo consignó que “en cuanto a las víctimas: Javier Ortiz presentó una herida de arma de fuego en la pierna derecha a la altura de la rodilla y traumatismo de cráneo con herida en el rostro a la altura de la ceja izquierda, se le realizaron estudios arrojando fractura de rótula, quedando internado, mientras que Carlos Ismael Arrúa presentó cinco heridas de arma de fuego, esto es: una en el abdomen, tres en la pierna derecha y una en la pierna izquierda, debiendo ser ingresado a quirófano por cirugía de tórax y posteriormente quedó internado”, publicó APF.
Un crimen vinculado a otro hecho de sangre
Carlos Ismael Arrúa era hermano de Leonela Ledesma, la joven asesinada de una puñalada el pasado 30 de noviembre en barrio San Jorge de la capital entrerriana. La autora de su muerte fue Rita Bejarano, pareja de Pablo Fernández.
Ledesma fue ultimada cuando salió en defensa de su hermano, quien estaba siendo agredido por allegados a la familia de Bejarano, la cual está presa en la Unidad Penal Nº 6, de mujeres, con arresto preventivo.
Se recordará que Mariana Arrúa, madre de Carlos Ismael y Leonela, habló el pasado 26 de diciembre con Elonce, oportunidad en la cual expresó que a su hijo lo habían “acribillado a balazos en la vereda”, acusando por el hecho a “los pachulos”.
Además la mujer recordó la muerte de su otra hija. “El 30 hará un mes que enterré a mi hija después de que la apuñalaran; son los mismos y nos están amenazando”, denunció.