Como parte de la recorrida por todo el país, reliquias del joven italiano, Carlo Acutis -beatificado en octubre de 2020- se encuentran expuestas en la Catedral de Paraná.
En la catedral exponen reliquias de primer grado que está compuesta por pestañas del beato, que recibió la bendición del papa Francisco junto al adolescente. Además, se expone un manto de tela que estaban sobre el lugar santo.
Según indicó el sacerdote de la Catedral, Ricardo Vera, a Elonce la muestra estará en Paraná hasta el martes 5 en la Catedral. El horario será de 08:00 a 22:00, a las 10:00 y a las 20:00, habrá misa y a las 21:00, Adoración Eucarística. Además, el día sábado se suma la Misa de las 18:00 y domingos misa de 9:30, 11:00 y 20:00.
“Carlo Acutis fue un joven arriesgado, alegre, curioso, rebelde, arriesgado y con un ideal claro, un adolescente normal que con sus 16 años tuvo un objetivo claro sobre la informática y la palabra de Dios”, expresó Vera.
El joven Acutis tenía una pasión por la tecnología y su fe hicieron que se lo conociera como el “ciberapóstol de la Eucaristía” y que se lo mencionara como el “primer influencer de Dios”, ya que utilizaba el poder de internet para llevar su Palabra a todos lados. De ese modo, y a través de las clases de catequesis que dictaba a niños y jóvenes, logró ser el nexo entre la fe religiosa y las nuevas generaciones.
“Carlo buscaba recuperar los milagros eucarísticos, porque sostenía que había que mostrarlos para que la gente pueda ver y creer”, dijo el sacerdote al resaltar que Carlo vivió “la relación de intimidad con dios”. “Acutis revolucionó la fe y demostró que la experiencia de Dios no se impone y quien abre su corazón a Dios se deja transformar, él es un estallido de colores y de aires nuevos”.
Al finalizar, Vera comunicó que “luego de su paso por Paraná las reliquias seguirán su recorrido, estarán en Villaguay y posteriormente en Concordia”
Carlo Acutis
C arlo Acutis fue un adolescente italiano que murió en 2006 y beatificado el 10 de octubre de 2020 en Asís, la tierra de San Francisco.
En muchos sentidos, Carlo Acutis era un típico adolescente. Le encantaba su PlayStation y hacer videos de sus perros, tenía un teléfono móvil y una dirección de correo electrónico.
Pero en un aspecto significativo, Carlo (quien murió de leucemia en 2006) se destaca de sus pares: va camino a convertirse en el primer millenial en ser reconocido como santo por la Iglesia Católica Romana.
Carlo, que vivía en Milán, fue beatificado, o declarado "bendito" por el Papa, en octubre de 2020, después de que se le atribuyera un milagro a principios de ese año. La ceremonia, en Asís, Italia, fue el penúltimo paso antes de que Carlo pueda ser canonizado como santo.
Desde su muerte, Carlo se ha hecho conocido en algunos círculos católicos como el santo patrono de Internet por su facilidad con las computadoras y su temprano y entusiasta abrazo a la web, que usó como una expresión de su fe católica.
Cuando tenía 9 años, Carlo comenzó a estudiar libros de texto de informática y aprendió programación y diseño gráfico, dijo su madre, Antonia Acutis, en una entrevista telefónica. En los meses anteriores a su muerte, creó un sitio web que catalogaba los milagros.
"Carlo fue la respuesta luminosa al lado oscuro de la web", dijo su madre, añadiendo que algunos admiradores lo han llamado "influyente para Dios".
Después de su muerte, la Diócesis de Asís, donde su familia tenía un segundo hogar, pidió al Vaticano que reconociera a Carlo como un santo. La diócesis investigó sus correos electrónicos y el historial de búsqueda en la computadora, y entrevistó a testigos. Luego esperaron milagros.
Antonia Acutis dijo que gente de todo el mundo le había hablado de milagros médicos, incluyendo curas para la infertilidad y el cáncer, que ocurrieron después de rezarle a su hijo. En febrero, el Papa Francisco atribuyó a Carlo la inexplicable curación de un niño con una malformación del páncreas después de que el niño entrara en contacto con una de sus camisas.
Tras haber sido beatificado, Carlo podría convertirse en un santo si se le atribuye un segundo milagro verificado y es reconocido por el Papa. Una ceremonia formal de canonización sería el siguiente paso.