En la tarde del domingo, se registró un incendio en la Sala 4 del hospital Materno Infantil San Roque de la ciudad de Paraná por el desperfecto eléctrico en una heladera, hecho que motivó la evacuación de pacientes.
El sector público y privado de salud, junto a Bomberos, Emergencias, Policía y Tránsito municipal, e incluso vecinos que prestaron colaboración, intervinieron con celeridad y bajo protocolo en el control del siniestro originado.
Traslado de pacientes al IPP
Ante la emergencia, 20 bebés fueron trasladados desde el hospital de calle La Paz, al Instituto Privado de Pediatría (IPP), desde donde destacaron el trabajo en conjunto que se llevó adelante.
“Queremos poner de manifiesto nuestra satisfacción por el trabajo conjunto realizado en el día de ayer con el personal del Hospital Materno Infantil San
Roque, tras la emergencia por el incendio que obligo a la evacuación de la sala de neonatología del Hospital”, expresaron desde la clínica privada.
Y mencionaron la coordinación “generosa y profesional entre el sistema público y el privado permitió trasladar 20 pacientes neonatales (bebes) del Hospital al IPP en cuestión de minutos. Todos los pacientes llegaron bien y pudieron continuar con su atención médica”.
Tras la emergencia, “es una alegría mirar hacia atrás y ver que el compromiso con la salud y con la vida han quedado en alto y que el sistema de salud funcionó como un sistema integrado, como debe ser. Gracias a médicos, enfermeros, mucamas, choferes, administrativos, policías, agentes de tránsito municipal y todos quienes pusieron su esfuerzo para que todo salga bien”, indicaron desde el equipo de conducción del Instituto Privado de Pediatría de Paraná.
Inédito
En diálogo con Elonce, la Dra. Verónica Rossi, directora y jefa de Servicios del IPP destacó el trabajo realizado por todo el personal y contó que cuando recibieron el llamado de alerta, los bebés ya estaban camino a la clínica y tenían que abrir las puertas.
Hasta ese momento, desconocían el número de recién nacidos que iban a ingresar y destacó que cada uno de los 20 pequeños que ingresaron nunca dejaron de recibir atención médica ni sus tratamientos.
“Las ambulancias llegaban una tras otra e incluso en contramano. Fue un desafío y hay que estar muy bien plantados, para que las cosas salgan bien. Cada uno desde su lugar y conocimiento pudo estar al frente de la batalla. Una cosa es recibir un bebé grave, organizar un traslado y otra que lleguen 20 al cabo de una hora, es inédito”, expresó.