

REDACCIÓN ELONCE
La Fiesta Nacional del Mate, que este año celebra su 34ª edición, nació en 1987 en Paraná gracias a los impulsores locales Luis Pacha Rodríguez y José Cáceres. La primera edición, llevada a cabo en el Club Echagüe, enfrentó condiciones adversas: lluvia, frío y poca afluencia de público. Sin embargo, logró mantener su esencia como un encuentro familiar, donde los vecinos se reunían con sus mates para disfrutar de artistas locales.
En sus primeros años, el evento era conocido como el "Encuentro del Mate, un encuentro de amigos", reflejando la importancia de la mateada como símbolo de unión. En 1995, la fiesta recibió la declaración de Fiesta Nacional, un reconocimiento respaldado por las estadísticas del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), que destacaban a Entre Ríos como la provincia con el mayor consumo per cápita de yerba mate en el país.
Con el paso de los años, el evento creció, incorporando figuras del folclore nacional y ampliando su propuesta musical. En 2009, el Centro Comunitario Solidaridad transfirió la organización al municipio de Paraná, aunque sigue siendo parte de la planificación del evento, lo que garantiza su continuidad.
¿Qué factores explican el éxito y la continuidad de la Fiesta Nacional del Mate tras 34 años en Paraná? Hoy, la fiesta se ha convertido en un emblema cultural, celebrando tanto la tradición como el espíritu de unión que representa la mateada.
Por tal motivo, se hizo presente en El Ventilador, que se emite los martes y jueves de 21:30 a 23:00 horas por Elonce, contó con la presencia de Irene Ramírez, directora de Espacios Culturales de la Municipalidad de Paraná. Tuvo un gran rol en la creación de la Fiesta Nacional del Mate.
El surgimiento de la historia fue “por una reunión que mantuvimos vecinos y amigos, en el cual estaba Luis “Pacha” Rodríguez, José Cáceres y un grupo de vecinalistas. Era cómo contener los vecinos, encarar los problemas de la vecinal. La idea era hacer peñas, contratar artistas, pero no había un peso. Se pedía crédito acá y allá, vendíamos torta frita o agua caliente”.
La Fiesta Nacional del Mate “era identidad y pertenencia. Desde ahí el vecino lo ha sostenido. Es la fiesta del vecino, no del Estado”.
En 1987, momento de la primera edición, recordó que en esa ocasión “hizo frío y llovió, todo a pesar de la cartelera importante. Fue re poca gente. Imaginate el club Echagüe vacío”. Sin embargo, desde ese momento declaró que el crecimiento fue hacia arriba: “No paró más”.
“No ha perdido identidad porque más que nada el concurso de cebadores y tomadores de mate es donde está la Fiesta Nacional del Mate. Eso tiene que ver muchísimo en sostener, acompañar, darle más visibilidad, otra ornamentación y un espacio mucho más grande”, relató sobre el desarrollo.
La expansión fue gracias a los organizadores y los vecinos, reconoció la invitada: “El vecino seguía preguntando, colaborando, trayendo lo suyo y la fiesta se programaba de un año a otro. Se trabajaba todo el año y no se improvisaba el año que viene vemos qué pasa”.
Una de las ediciones fue en la cancha de fútbol que poseía Talleres, donde “había que cuidar la cancha de fútbol. Se sacaba con la pala un poquito de césped, se dejaba en un fuentón con un poco de agua humedecido, se cavaba, se sacaba la tierra, se la guardaba, se metía un poste para cerrar el perímetro y poder cobrar una silla”.
Entre 1994 y 1995, una de las fundadoras de la fiesta reconoció que pasó a tener carácter nacional: “También se hicieron trámites a nivel nacional. Los vecinos juntamos firmas, llevaron la opinión de todos los vecinos porque también había otras provincias que querían la Fiesta del Mate. Ahí interviene la dirección de la yerba mate y ven que la provincia que más consumía mate era Entre Ríos. Ahí ganamos, fue declarada interés nacional y festejamos”.
“El entrerriano es de andar todo el día con la compañía del mate. Vos lo preparás, más allá de que hay libros, uno va y le mete la yerba”, acotó sobre la importancia.

También recordó que Horacio Guarany siempre era una figura infaltable en las fiestas por su cercanía con José Cáceres. “Faltaban tres meses y ahí arreglábamos. Llegaba un día antes”, rememoró.
“Pensamos si él (por ‘Pacha’ Rodríguez) pensaba que iba a crecer tanto, si se iba a sostener en el tiempo, si sigue siendo tan fuerte la razón social. Ni siquiera él la pensó tanto. Fue una idea compartida, fue acompañada, fue creciendo, fue alimentada también”, comunicó de forma emotiva.
Tras la muerte de “Pacha”, José Cáceres tomó la conducción de la Fiesta: “Nos fortaleció al equipo porque realmente fue una pérdida muy importante no solamente para la Fiesta del mate, sino socialmente. Contenernos era volver a pensar a reactivar la Fiesta del Mate, a tomarla con mucho entusiasmo y fuerza”.
Sobre cómo se promovió el concurso de cebadores, detalló: “Hay un jurado en el cual el INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate) dejó en custodia al centro comunitario mates de calabaza del mismo tamaño del puño y bombillas del mismo tamaño. Lo que nosotros aportamos es la yerba y los termos de alta reacción, que contienen una temperatura entre 85 y 90 grados. El que va se anota, tiene que ser mayor de 15 años y lleva su termo. Tiene que ver la temperatura del agua, la calidad de la yerba y el pulso”.