Con autoridad y atravesando algunos sobresaltos, la Celeste sacó a relucir los pergaminos que obtuvo en los últimos años. Producto de la determinación, de la jerarquía y de la continuidad colectiva que viene desarrollando, el conjunto que dirige Tabárez logró imponerse ante Bolivia en el inicio de las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018 y, además de comenzar con el pie derecho el camino hacia la próxima Copa del Mundo, el conjunto charrúa volvió a apuntarse un poroto en la historia grande del fútbol uruguayo: consiguieron salir victoriosos del país andino por primera vez.
Pero, para que eso ocurriera, Uruguay debió exigirse porque, ciertamente, el encuentro comenzó con una intensidad atractiva. Tanto fue así que Jhasmani Campos, el 10 boliviano, obligó a Muslera a bancar el cero en varias oportunidades con remates de media distancia. Pero los dirigidos por el Maestro hicieron pesar las diferencias individuales y, a los 10 minutos, abrieron la cuenta con el tanto de Martín Cáceres: el lateral aprovechó una desatención de la defensa local e, ingresando en carrera, capturó un rebote del arquero Vaca y no perdonó. Tras ello, los de Baldivieso se las rebuscaron para conseguir el empate y estuvieron cerca de lograrlo (metieron un tiro en el travesaño y revolcaron en más de una ocasión a Muslera con tiros venenosos) pero la falta de claridad hizo estragos en la ofensiva boliviana.
Así, cuando parecía que el conjunto andino se animaba, llegó el segundo cachetazo visitante: Carlos Sánchez, quien tuvo una actuación destacada (participó activamente del encuentro), ejecutó un tiro libre al área rival y Godín, de arriba (y ganando el segundo palo), no falló. 2-0 y a otra cosa. Porque Campos ya no estaba en cancha y, pese a que el DT Baldivieso apostó al argentino Lizio, Bolivia bajó las armas (Torrico se fue expulsado, encima) y Uruguay comenzó a sentir el impacto de la altura.
De todos modos, la historia ya estaba decretada: la selección uruguaya, que contó con Alvaro Pereira, Cebolla Rodríguez y Carlos Sánchez entre los 11 iniciales más los ingresos desde el banco de Camilo Mayada (reemplazó al jugador de Independiente, quien se fue lesionado) y de Nicolás Lodeiro, supo golpear en los momentos clave y demostró que, en La Paz, estuvo a la altura. Una victoria que, además de significar un envión anímico en el inicio del certamen, sirvió para meterse en la historia del deporte uruguayo.