No tenía sentido arriesgar mucho para el técnico Laurent Blanc: la clasificación a octavos de final estaba asegurada y el primer puesto era casi una utopía porque había que esperar que el Malmo le ganara al Real Madrid en el Bernabéu, hipótesis que estuvo lejos de concretarse (el Merengue goleó 8 a 0).
Entonces, el DT dejó en el banco a Di María y Cavani, para dosificar energías para el futuro. Y la apuesta le salió bien porque el PSG ganó 2 a 0, sin lujos y sin brillos, pero marcando una diferencia justa. Los goles fueron en el segundo tiempo, por el brasileño Lucas Moura y por Ibrahimovic (también asistió en el 1 a 0).
Lavezzi arrancó de titular y no tuvo chances claras para marcar. Lo amonestaron por una mano. Salió a los 22 ST y en su lugar entró Cavani. Luego ingresó Di María, por Matuidi. El Fideo no tuvo chances aunque le dio una buena pelota al uruguayo que estuvo cerca de marcar.