Punto final a un sueño que tuvo en vilo a Boedo. El San Lorenzo de Edgardo Bauza no pudo hacer pie ante un Real Madrid que, sin mostrar toda su jerarquía, pudo imponerse 2-0, alcanzar 22 victorias en continuado y transformarse en el nuevo campeón del Mundial de Clubes, que lo erige como uno de los tres equipos que más títulos alcanzó a nivel internacional en la historia, junto a Boca y Milan –18 cada uno–.
La propuesta en la parte inicial del partido fue clara y estaba pautada de antemano: Real Madrid se adueñó del balón en campo de San Lorenzo, que esperó compacto, con las líneas juntas y agazapado aguardando que un error rival y un pleno en ataque le dé un grito sagrado.
Si bien a los pocos segundos del partido un error de Mercier casi termina con el gol de Benzema, el "Ciclón" interpretó casi a la perfección su papel y pasó pocos sofocones, teniendo en cuenta que enfrente estaba un equipo que llegó con 21 triunfos en fila y con los apellidos más temidos de la actualidad en su plantel. Del lado de Boedo, un solitario Cauteruccio en ataque no tuvo la precisión para poder incomodar a Pepe y el foco de atención en el partido pasó por la fricción constante de ambos lados: en tan solo 30 minutos el guatemalteco Walter López ya había amonestado a cuatro futbolistas -dos por bando-.
Pero si bien el elenco argentino venía realizando una efectiva tarea en la faceta defensiva, tuvo un segundo de desconcentración que pagó muy caro. Un córner desde la izquierda, que se generó por un erróneo pase de Kalinski, encontró a Yepes mal parado ante el salto de Sergio Ramos, quien metió un cabezazo implacable desde el punto penal para vencer a Torrico y darle a los españoles la ventaja.
Ya en el complemento, los de Bauza sufrieron la estocada final antes de que pudieran esbozar una reacción. Pase profundo para Gareth Bale, quien giró solo dentro del área y sacó un remate rasante que, antes de meterse en el arco para el 2-0, contó con la complicidad de Torrico.
Tras ese grito del galés, sobraron 40 minutos de partido porque el "Merengue" se dispuso a tocar la pelota para los costados sin buscar ampliar el marcador y San Lorenzo no pudo ni intentó. Los cambios de Bauza con el equipo abajo en el partido estuvieron lejos de intentar una reacción ofensiva y sólo se dedicó a cambiar figurita por figurita para mantener el mezquino esquema que utilizó en buena parte del semestre.
Sobre los minutos finales, y con la sensación de que el partido estaba terminado desde hacía rato, llegó el momento para que trabaje Iker Casillas tapando los remates de Buffarini y Mercier. Pero la realidad indicaba que el trámite estaba cerrado desde hacía rato.
Las lágrimas finales en las caras de todos los jugadores del combinado de Boedo y el inagotable grito de aliento de los 12 mil hinchas que fueron hasta Marruecos, serán la escena principal de una excelente película que tuvo al "Ciclón" como protagonista de un inolvidable 2014. Aunque esta vez, la ayuda de Francisco no alcanzó.