La ley futbolera indica que las cosas pueden cambiar hasta el último respiro, aún cuando el transcurso del partido fue grotesco. Eso sucedió en el Julio Humberto Grondona, donde Arsenal y Quilmes dieron durante 90 minutos sobradas justificaciones de por qué son dos de los equipos que dominan las últimas colocaciones de la tabla. Era empate, pero el destino quiso que terminara en agónico triunfo por la mínima del visitante.
La iniciativa no la tomó ninguno de los dos y por eso la pelota pasó de lado a lado con una facilidad irritante. Walter Benítez, quien apareció tras las malas actuaciones de Fabián Assman, y Esteban Andrada, fueron testigos directos de un partido que casi no tuvo acciones de peligro en las áreas. Un tibio cabezazo de Chirola Romero y un gran testazo de Hernán Fredes apareciendo por sorpresa y generando la reacción de Benítez, fueron las chances más nítidas de ambos lados en la primera etapa.
Claro que entremedio hubo tiempo para una polémica, porque Dany Rossero Valencia, fundamental en el marcador final, empujó a Claudio Bieler dentro del área y en ese impulsó despejó el balón claramente con la mano. Sergio Pezzotta decidió omitir dicho foul y perjudicar al Cervecero.
En el complemento, los de Fito González, dueño del banco de suplentes desde la salida de Martín Palermo, tuvieron mayor tiempo de posesión, pero despreciaron el objeto. El balón voló por los aires de lado a lado y Santiago Silva tuvo que corajear constantemente con Alan Alegre y el uruguayo Damián Malrechauffe.
Pero en la última jugada de duelo, Alexis Canelo recibió un largo pelotazo por la derecho, encaró a Valencia y lo metió dentro del área. Si bien lo había superado, el ex Almirante Brown quedaba con poco margen de maniobra; igualmente el colombiano fue al piso. En primera instancia no lo tocó, pero en el envión lo terminó cruzando con la otra pierna y taló al volante. Pezzotta cobró penal y Bieler, sin posibilidades de ejecutar el rebote por estar el tiempo cumplido, lo metió con suspenso.
Julio César Falcioni estaba con un pie afuera de la institución cervecera, pero esta agónica victoria le da la posibilidad de alcanzar los 12 puntos (tres triunfos) y dar un poco de aire a su dramática situación. En la vereda de Sarandí la cosa no repunta tras la salida del Titán: con apenas una alegría, está en la ante última colocación.