La última jornada del Grupo A del Mundial Sub 20 es un viaje al pasado reciente para la selección argentina. Se cumplen 104 días de la angustiante clasificación a la Copa del Mundo, en Quito, pero la historia se repite. La selección quedó en la cornisa, dependiendo de sus propias energías pero, de manera particular, de resultados de otros. Un escenario complejo para desarrollar una jugada que no le ofrece margen de error: ganar es la única vía que alimentará las esperanzas para acceder a los octavos de final. El triunfo será el capítulo que tendrá que escribir con su propia letra, el resto es obra de otros, los participantes del resto de los cinco grupos. Ellos le marcarán si el sueño es posible. Desde las 8 (hora de la Argentina, con televisación de la TV Pública y TyC Sports), Guinea le tomará el pulso a una formación que tendrá cinco modificaciones; también evaluará si el equipo logró reponerse a los tropiezos y sinsabores ante Inglaterra y Corea del Sur.
Un rival directo tendrá la selección, porque Guinea, tras empatar con Inglaterra, también aspira a sacar el boleto que la deposite en los octavos de final. Con Corea del Sur ya en la siguiente etapa, ingleses y africanos aspiran al segundo puesto; la selección, solo a conseguir ser uno de los cuatro mejores terceros. Un premio enorme a esta altura, una meta demasiada corta para un equipo que se preparó con aspiraciones, aunque se limitó rápido, con juegos que evidenciaron errores defensivos y escasísima efectividad en ofensiva.
En la búsqueda de respuestas, el entrenador Claudio Úbeda ensayará cambios de esquema y de nombres en todas las líneas: reformulará el equipo. Desde el arco al ataque, como en Quito, cuando ante Venezuela tuvo la obligación de salir victorioso y aguardar que Colombia le diera el aventón para acceder a la cita asiática. Un 3-2-3-2, el dibujo táctico, de neto corte ofensivo. Pero las modificaciones empiezan desde el puesto de guardavalla, que es un verdadero laberinto para el Sub 20: por la posición ya pasaron Ramiro Macagno y Facundo Cambeses, durante el campeonato sudamericano que terminó con Franco Petroli como arquero. Confirmado el arquero de River como titular en el Mundial, dos actuaciones flojas, con respuestas y lecturas equivocadas de las jugadas, más una contractura en el cuello que le impidió entrenarse, lo bajaron del conjunto. Su lugar será para Marcelo Miño, el juvenil de Rosario Central que debutará en la Copa del Mundo.
La formación: Marcelo Miño; Leonel Mosevich, Juan Foyth, Marcos Senesi; Matías Zaracho, Santiago Ascacibar, Santiago Colombatto, Brian Mansilla; Tomás Conechny; Marcelo Torres y Lautaro Martínez.
Por primera vez, al igual que en Ecuador, la Argentina defenderá con una línea de tres zagueros, con el ingreso de Leonel Mosevich, que aventaja a Lisandro Martínez, que no jugó por arrastrar una suspensión del torneo sudamericano; el juvenil de Argentinos será el acompañante de Juan Foyth y Marcos Senesi. Así, los laterales Gonzalo Montiel, de flojo mundial, y Milton Valenzuela quedarán relegados al banco de los suplentes. Entre los volantes que le deberán ofrecer equilibrio a una estructura que precisará ser ofensiva y no ser lastimada, como ocurrió en los dos anteriores encuentros, el capitán Santiago Ascacibar y Santiago Colombatto se mantienen, como frente a Inglaterra y Corea del Sur.
Los goles, determinantes para el éxito, pero también para descontar la diferencia abultada (-4) que tiene en contra y que podría ser la llave para acceder a los octavos de final. Esa misión se la repartirán entre Tomás Conechny y los ingresados Brian Mansilla y Matías Zaracho, que reemplazarán a Exequiel Palacios -no logró calzarse el traje de conductor- y Lucas Rodríguez, empeñoso pero sin desequilibrio.
Los artilleros del torneo sudamericano Lautaro Martínez, que cumplió con la fecha de suspensión, luego de la expulsión que se determinó mediante la intervención del VAR, y Marcelo Torres, autor del descuento con Corea del Sur, serán la fórmula para romper el bloqueo africano. Como carta de recambio quedará Ezequiel Ponce, laborioso, pero que no tuvo oportunidades para desempolvar su poder de fuego.
No hay mañana para la Argentina en el mundial Sub 20. El seleccionado con más títulos mundiales de la categoría ensayará su último movimiento imaginando que, como en Quito, el milagro puede repetirse.