Marcelo Gallardo dio este jueves una conferencia de prensa especial, por ser la primera tras la posterior a la derrota de River con Flamengo en la final de la Copa Libertadores 2019. Algunos esperaban que el Muñeco hiciera algún anuncio sobre su futuro, aunque lo desestimó rápidamente y se enfocó en la recuperación de cara a los tres partidos que quedan, entre ellos la final de la Copa Argentina.
"No vine a hacer ningún anuncio, si esa era la expectativa de algunos. Es una habitual conferencia que hago previo a los partidos, no cambia nada, estamos a dos días de arrancar nuevamente con nuestra competencia en la Superliga y no tengo nada para anunciar, lo definiré en el momento que lo tengo que definir, con tranquilidad. El resultado no cambia mi pensamiento de acuerdo a lo que tenía como natural en cuanto a las semanas que quedan por delante", avisó.
"Quiero agradecerle a la gente que nos acompañó y estuvo con nosotros en Lima, que confió en el equipo y apoyó, a la que no pudo ir y a la que nos recibió. No sucede habitualmente en nuestro fútbol, el pensamiento es que si ganás sos héroe y si perdés villano, esto fue todo lo contrario, la gente acompañó y sintió la derrota como todos nosotros, y sin embargo nos recibió así. Eso sí quería manifestarlo y dejar bien en claro. Eso nos permite asimilar la derrota y empezar a sanar con mayor temple. Tenemos rápidamente que cambiar el chip para jugar lo que queda, dos partidos de Liga muy importantes y la final de Copa Argentina. Eso nos tiene que tener enfocados. La gente de fútbol en general reconoció a este equipo como un verdadero campeón, yo reconozco a mi equipo como un campeón, que se comporta con valores, humildad y respeto en la victoria y en la derrota. Ganar o perder está siempre dentro de las posibilidades, y nosotros ganamos mucho. Si nos toca perder no cambia absolutamente nada", resumió el entrenador.
Después, analizó ya más sereno que lo que se mostró el sábado: "Este tipo de derrotas también humanizan, no tenía nada para reprochar a este plantel que volvió a ser muy competitivo después de un año en que todos habían quedado extasiados, y era muy difícil volver a una final. Haber estado en tres finales en estos años dan mucho para valorar, más allá de esta derrota. Sentí bronca y dolor, pero al poco tiempo también estaba en paz. Va a ser más rápido de sanar, voy a acompañar a mis jugadores a cerrar esa herida y vamos a volver a intentarlo. No se rompió nada, cuando esa estructura está sólida se asimila mucho más rápido, entonces hay que seguir".
Al ser consultado nuevamente sobre su continuidad, se generó un intercambio más picante. "Las conjeturas son otras cosas que no puedo manejar. Cada cual puede hablar y decir lo que quiera, pero de ahí en yo tener que ponerme a pensar y salir a contestar... Sepan entender que no escuché mucho, traté de desconectarme. ¿Alguien puede creer que no tengo fuerzas para seguir o hacer de mi vida lo que quiera? Tengo 43 años y toda mi vida por delante creo, fuerza tengo. No vine a anticipar nada acá, ustedes son los ansiosos que quieren que anuncie algo. Cuando pases estos tres partidos pensaré en lo que viene. No hay apuro, lo hablaré en el momento que lo tenga que hablar".
Por último, contó cómo encara la intimidad con un plantel golpeado: "Hablé con todos, con cada uno de ellos, los más chicos claramente necesitan un apoyo mucho más paternal, los más grandes de acompañamiento, de amigo, y es eso lo que soy hoy junto con todo mi grupo de trabajo, en esta ocasión somos un poco padres, un poco hermanos y un poco amigos. En esta ocasión hay que acompañar, ir todos juntos, abrazados, para intentar ser nuevamente lo que somos. Perdimos la Copa pero no lo otro, lo humano, el respeto que nos tenemos entre todos. No va a haber conflictos, y eso es lo bueno. No hay que soltarle la mano a nadie".