Sin lugar a dudas habrá sido uno de los encuentros más flojos de Lionel Messi con la Selección. No pareció sentirse cómodo en ningún momento y el arquero rival le sacó todas los remates que ensayó, inclusive uno desde los doce pasos. Pero con la humildad y grandeza de siempre, reconoció después del 2-0 de Brasil que no estuvo con todas las luces. Fue crítico por todos los errores que tuvo el elenco de Gerardo Martino, pero se centró en ver los defectos propios.
"El partido se definió con dos errores: en el primer gol de ellos y con el penal que erro. Si lo hacía, cambiaba todo", argumentó la "Pulga", quien después advirtió que los de Dunga contaron con espacios para sentenciar las acciones de contragolpe. Por otra parte, acentuó que no sirve como excusa, pero el campo de juego no estuvo a la altura de las circunstancias.
Como uno de los líderes del grupo, pidió paciencia: "La Selección está pasando por un proceso de cambio, donde hay otra idea a la que estaba y cosas nuevas, que requieren entrenamiento, tiempo y partidos". Y de todas formas, se mostró optimista con el futuro próximo: "De a poco, vamos a ir llegando y teniendo lo que busca el técnico". Avisó que no hay mucho tiempo de preparación para la Copa América en Chile el año que viene pero deben "recuperar el nivel".
Por culpa de un desgaste físico importante, no estuvo presente en la primera convocatoria del "Tata", motivo por el cual hubo fuertes rumores sobre su posible renuncia. Sin embargo, dejó en claro que jamás se le cruzó por la cabeza: "Estuve con mi familia, al margen de los comentarios. Ni sabía porque no escuché ni leí nada, me mantuve al margen de todo eso".