La reciente decisión del nuevo Consejo Federal (CF) es una oportunidad de renovación general de todo el fútbol de ascenso en Argentina, tanto en la organización de los torneos como en la pretensión de renovación general de la dirigencia actual de cada una de las Ligas, donde muchos han permanecido años en sus puestos y se encuentran con edades óptimas para ser consejeros y no los titulares de las asociaciones o federaciones que encabezan.
Patronato, Atlético Paraná y Belgrano ocupan esos lugares destacados de competencia, pero sin una Liga fuerte que organice y mejore la competencia liguista. Actualmente la competencia local ha perdido la seducción, no sólo de estos equipos, sino de los clubes en general y eso se refleja también en la consideración del futbolero de la capital entrerriana. El objetivo es, de una vez por todas, darle el debido lugar al fútbol de la Liga Paranaense con una organización que incluya a todos, donde las canchas puedan ser un lugar para que nuestros futbolistas puedan desarrollar su mejor versión pero también para que el público ávido del deporte más famoso del mundo pueda considerarse partícipe en sus pagos sin necesidad de mirar hacia Buenos Aires.
Los clubes formadores de grandes talentos como Sportivo Urquiza, Peñarol, Toritos de Chiclana, entre otros, deben tener una liga fuerte y que sus representantes compitan seriamente en cualquier división mayor del Ascenso argentino. En este sentido, es sabido que una transferencia puede ser el puntapié de algo grande que sirva de trampolín a las instituciones para poder pegar el salto de calidad en sus diferentes estructuras. En la actualidad, los derechos formativos se respetan hasta el retiro de los jugadores y son fuente de financiación de infraestructura de los clubes que los vieron iniciar la formación deportiva.
Por estas cuestiones es el momento de darle lugar a la sangre joven, a la nueva dirigencia que pueda otorgar esa sabiduría de hacer mucho con poco y organizar algo que realmente sea atractivo para el fútbol local. Ese salto de calidad no sólo mejorará la Liga Paranaense sino que servirá de bastión para que muchos jugadores no deban emigrar obligatoriamente a buscar un destino profesional fuera de su tierra. Estamos en el momento justo de dar ese paso, los clubes deben ser responsables a la hora de elegir sus representantes y forjar, entre todos, un fútbol de calidad como alguna vez tuvo la capital entrerriana.
Estalló el sistema y hoy no hay lugar para perpetuarse en una silla, los clubes tienen la sartén por el mango y deben elegir a quienes los representen. La Liga Paranaense de Fútbol, como otras de Entre Ríos, deben elegir autoridades y es la oportunidad de dar el salto cualitativo que los integre en un proyecto estructural, paranaense, responsable y generalizado. ¿Cómo se explica que sin excepción los jugadores de todas las categorías rechazaron de plano la disolución del torneo federal, y que los dirigentes vernáculos no los hayan respaldado?, ¿Acaso no deberían jugar para el mismo equipo?, ¿Quién dijo que los dirigentes que son más importantes que los jugadores?, sin jugadores no hay fútbol, sin hinchas no hay pasión, sin estos dirigentes estaríamos mejor.