Todavía golpeado por la tragedia, el Chapecoense debe ir de a poco reacomodándose y rearmándose. Porque pese a todo el dolor que genera la pérdida del plantel casi completo en el fatal accidente de avión en Medellín, el club debe afrontar sus compromisos de 2017, que comienzan dentro de muy poco.
El año que viene, el Verdao jugará el torneo estadual catarinense, el Brasileirao, la Copa do Brasil, la Copa Libertadores, la Recopa Sudamericana, la Suruga Bank y la Copa Sudamericana. Mucho para una institución que debe renacer del dolor.
Por eso, muchos clubes brasileños habían pedido que el Chape no descendiera durante tres años, para que pudiera asentarse otra vez tras el duro golpe recibido. Pero su nuevo presidente, Ivan Tozzo, no está de acuerdo con eso. "No necesitan hacernos ese favor. La disputa deportiva es sana y no una lucha de vida o muerte. La plaza tiene que ser conquistada dentro del campo", señaló el dirigente.
"No sería adecuado moralmente exigir que los clubes nos mantengan sin competir. No se trata de arrogancia. Si perdemos, vamos a caer. Si ganamos, vamos a ganar y seguir", explicó Tozzo. "En realidad necesitamos apoyo económico y que todos los patrocinadores nos ayuden, porque perdimos a todos nuestros valores", agregó.