El pase de Calleri se concretaría después de un intento de compra por parte de un grupo empresario para cederlo al fútbol inglés, algo que fue resistido por su familia y por su nuevo representante, Adrián Rouco, en especial porque la FIFA se opone a ese tipo de operaciones.
Calleri sería comprado por el Inter, que lo cedería durante seis meses al Bologna, ascendido en la última temporada a la máxima división del Calcio, para incorporarse después al plantel del conjunto de Milán.