A Herrera la autoridad le duró muy poco: echó a Teo Gutiérrez por burlarse de los hinchas y jugadores del Xeneize pero del otro lado solo expulsó a Ricardo Centurión; la realidad es que otros futbolistas de Boca agredieron al colombiano. La otra jugada polémica ocurrió minutos después de esas dos expulsiones. Frank Fabra bajó dentro del área a Paulo Ferrari, pero para Herrera no fue nada. La realidad marca, y las repeticiones lo confirman, que se trató de un penal gigante.
Herrera fue parado esta fecha y no podrá dirigir por el campeonato local, pero en el sorteo fue designado para manejar un encuentro clave por la Copa Argentina: una de las semifinales, Gimnasia-River, que jugarán el 1 de diciembre en San Juan, desde las 21.